Varios grupos de turistas del crucero Riviera que hizo escala este jueves en Melilla disfrutaron de una parte de la gastronomía melillense que pocos se resisten a probar: las pastas y el té con hierbabuena. ¡Y les encantó! Así lo trasmitió el gerente de la Confitería Montemar, Amar Hamida, a El Faro, y añadió que los cruceristas no solo probaron en su también cafetería del Industrial esos dulces, sino que se llevaron sus cajas para la vuelta al crucero.
Hamida destacó que se llenó de turistas la cafetería que tienen en este barrio de la ciudad y les acogieron de la mejor forma posible. Les prepararon las mesas y no hubo ni que ofrecerles qué tomar. Tenían muy claro que deseaban disfrutar de las pastas de frutos secos y el té con hierbabuena que los melillenses pueden tomar a diario.
De hecho, Hamida explicó que al ser una de las confiterías referentes en estos productos fueron los turistas hasta este emplazamiento en los autobuses dispuestos para las excursiones.
Del crucero a la gastronomía melillense
Ya les habían hablado a los cruceristas de las pastas tan ricas y del té tan especial que podían tomar en la ciudad y no dudaron en demandarlo nada más llegar a la cafetería. Hamida comentó en declaraciones a El Faro que les gustó mucho el té porque es muy diferente al que suelen tomar ellos en sus países de origen.
En este sentido, los turistas del Riviera eran de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido y en ninguno de estos países se toma el té con la hierbabuena. Les agradó mucho su sabor, añadió el gerente de esta confitería.
En cuanto a las pastas, pues todas gustaron mucho. Hamida aseveró que no es que optaran más por unas que por otras, sino que a todos les gustó las de pistachos, nueces o almendras. Cuando se las llevaron para el crucero, querían unas pocas de todas.
Pero, ¿qué supone para un negocio de estas características acoger en un día de diario a un grupo de turistas? Pues la respuesta de Hamida es que necesitarían al menos dos o tres cruceros al mes en días de diario.
Y es que en esta confitería tienen a muchos clientes, pero la mayor parte de las ventas se producen en fines de semana. A diario es más complicado tener llena la cafetería y hacer tantas ventas como las realizadas el día del crucero.
De ahí que Hamida celebró que se realizara esta escala del Riviera en un día de diario.
Además, destacó que los turistas fueron muy educados con el personal. Indicó que eran personas de la tercera edad que venían a disfrutar de la ciudad en un ambiente relajado.
Y en cuanto a cómo fue ese encuentro con personas que no hablan español, el gerente de la Confitería Montemar explicó que la hostelería de la ciudad se tiene que poner la pilas con los idiomas extranjeros. En este sentido aseguró que se pudieron defender con el inglés, pero indicó que si la ciudad va a recibir más cruceros, hay que aprender más idiomas, o al menos, conocer lo básico para atender a los turistas que lleguen a Melilla.
Al respecto subrayó que tanto en Canarias como en Baleares el personal que se dedica a la restauración sabe varios idiomas.