Skjalg Birkeland es un investigador noruego que ha pasado tres meses entrevistándose con melillenses de distintos barrios, profesiones y ámbitos sociales ¿El objetivo? Comprender cómo afecta a la mentalidad de la población vivir junto a una frontera.
Birkeland está trabajando en una tesis para la universidad belga KU Leuven y eligió Melilla para hacer el trabajo de campo. “Mi tesis está buscando cómo la gente conceptualiza la frontera, cómo la entienden, cómo viven con ella o qué significa para la población”.
Explica que su elección se basó en que Ceuta y Melilla están en una posición única en Europa y donde se vive muy cerca de la frontera. “Así que, lo que estoy intentando entender, es qué es la frontera para vosotros de una manera general”.
Asegura que la ciudad le sorprendió bastante cuando llegó a mediados de agosto. Señala que como extranjero que ha vivido en la península, más allá de los artículos académicos, la información que ha recibido de Melilla “no es siempre su mejor imagen”. “Cuando vine aquí, esperaba que fuese diferente y que la frontera estuviese más presente en la vida de los melillenses”. Sin embargo, matiza que a raíz de su investigación, de lo que ha hablado con melillenses de distintas comunidades, ideas políticas, edades, de distintos barrios, etc. y a la conclusión que ha llegado es que la frontera no estuviese tan presente, como si simplemente estuviera ahí. Detalla que una de las personas entrevistadas le ha contado que ir a la frontera es como coger el metro, un lugar por el que pasas para ir a trabajar.
Otro de los elementos que resalta de la ciudad es su diversidad cultural. “Lo primero de lo que te das cuenta si vives en la península y vienes aquí es la diversidad cultural y las palabras que la gente usa, hay muchas personas que usan palabras que no normalmente usadas en español o también la comida; la interacción con otra cultura está tan aquí, todos van a comprar al mismo centro comercial, van a los mismos bares. Pero en la península, la mayoría son peninsulares y no existe esa presencia constante de alguien que es diferente a ti”.
“Hay mucha gente diferente y parece que todo el mundo lo acepta más o menos, por supuesto que hay algunas dificultades, pero todo el mundo parece que está bien con ello y esto señala la diferencia que hay entre Melilla y la península”. Piensa que en la ciudad hay como una mezcla influenciada por la cultura rifeña, la española, la marroquí e incluso de los inmigrantes que vienen.
Con toda la información que tiene y los datos que ha recogido, le toca analizar en conjunto en Bélgica, donde está su universidad. Tiene que transcribir todo y empezar a buscar patrones, contradicciones, etc. Después, escribirá lo que es la tesis académica en sí acerca de lo que ha estado estudiando, que espera terminar para el verano del 2022.
En Europa, Melilla no existe en el imaginario de la gente a no ser que estés interesado en el tema y para los que la conocen y les dicen que es una ciudad española en el norte de África no terminan de entenderlo “¿Pero España no está en el norte de África, no?”, señala Bikerland que se pregunta la gente.
Él está saliendo con una española y dice que la percepción que tienen sus suegros de Melilla “no es una percepción bien informada, no en un sentido negativo, pero como todo el mundo, reciben la información desde los medios de comunicación”. Así pues, tiene la impresión de que la idea que tienen los peninsulares de la ciudad es que “es un poco peligrosa” y que solo la relacionan con la inmigración.
“Por eso me sorprendió cuando vine aquí, por la idea que tenía de que la inmigración iba a estar más presente; el centro de la vida de la gente de la ciudad no es la inmigración”, dijo. Cree que su investigación puede arrojar luz sobre cómo la gente de Ceuta y Melilla viven sus vidas y cómo les afecta lo que ocurre en la frontera. “Mi idea es dar voz a la gente que vive aquí porque cuando se estudia la frontera solo se mira la inmigraición y con esta investigación se ve un punto de vista distinto”.
“No tengo más que una experiencia positiva en Melilla, está la gente más amistosa que jamás he conocido, vine solo con dos contactos en la agenda y ahora no sé cuánta gente tengo en mi teléfono de Melilla”. “Estoy muy agradecido con toda la gente que me ha ayudado”, recalcó.