“Porque esto es España y nos permitía cambiar de continente sin salir del país”.- Aseguran que se convertirán en embajadores de nuestra tierra y animarán a futuros desposados a seguir su ejemplo.
Un grupo de seis asturianos celebraron aquí, en Melilla, durante la pasada semana la despedida de soltero de uno de ellos.
Hoy lunes, Miguel Fernández Avello, como se llama el novio, ya será un feliz desposado, pero como parte de la parafernalia de su boda siempre mantendrá en su recuerdo su primer viaje a Melilla, auspiciado en gran medida por su amigo Marcos Suárez Hernández, un guardia civil de la GEAS que desde hace una década viene a la ciudad a realizar servicios como miembro de la Benemérita.
“No conocíamos Melilla y dijimos por qué no, esto es España y además nos permitía cambiar de continente sin salir del país”, comenta Jorge Mayo, quien como el resto no dejó de oír antes de iniciar su períplo hasta nuestra ciudad multitud de preguntas sobre el porqué del destino melillense. “Hay quien nos preguntó incluso que cómo veníamos a un sitio que es como el Líbano. Tonterías, más peligroso puede ser Bilbao”, apostilla Carlos Toro quien subraya que aún sigue existiendo “mucho desconocimiento e ignorancia” respecto de nuestra tierra.
En Melilla, confiesan que lo han pasado en grande. El grupo, compuesto por jóvenes de entre 36 y 41 años, todos solteros salvo en el caso del hermano del novio, destacó sobre todo de nuestra ciudad la hospitalidad de los melillenses, que merece “un doce sobre diez”.
La conocida melillense María del Carmen Pons tiene mucha responsabilidad en ello. Amiga de Marcos, se prestó a servir de Cicerone a un grupo que, animado por la proximidad de la boda de uno de ellos, no dudó en hacerse notar. “Nada más llegar el novio –que se incorporó unos días después que el resto del grupo- lo recibimos en el Aeropuerto con chilabas y lo vestimos también a él con una de ellas”.
La gastronomía local merece otro diez para estos asturianos, que señalan a las mujeres melillenses como lo que más les ha gustado de la ciudad, aunque en un tono menos jocoso también subrayan la belleza de nuestra ciudad antigua.
En contraposición, el novio, Miguel, se muestra especialmente crítico con la apariencia de Melilla, que dice ve “algo abandonada. Necesita de más limpieza, de más cuidado en las fachadas de sus edificios, más papeleras y contenedores más limpios”.
Sin embargo, lo que a Miguel no le gustó nada fue su breve incursión en el vecino país. “Si me gustó Melilla cuando llegué, más cuando volví de Marruecos”. Al contraste a un lado y otro de la frontera, se unió que la gendarmería marroquí los retuviera cuando se encontraban en la parada de taxis de Beni-Enzar, prestos a coger un vehículo para desplazarse hasta Nador. “Nos tuvieron al sol durante hora y media repasando nuestra documentación y luego nos dejaron seguir. No sabemos si era porque todos íbamos vestidos con la misma camiseta”, en la se reproducían símbolos propios de los Templarios.
Sea como sea, este grupo está dispuesto a proponer Melilla como un destino apetecible para celebrar una despedida de soltero. “Nos hemos bañado, incluso de noche, lo hemos pasado muy bien y hemos comido también muy bien”.
Además, el viaje tampoco se les ha salido de presupuesto. Sacaron los billetes de avión con suficiente antelación y lograron el ida y vuelta desde Madrid en torno a los 120 euros. El hospedaje lo resolvieron alquilando un apartamento en la calle Miguel Zazo.
Ahora, Melilla forma parte del álbum de recuerdos de estos asturianos y principalmente de Miguel que, sin duda, ha tenido una despedida de soltero muy singular.