La FRONTERA con Marruecos permanecerá cerrada, al menos, durante un mes más, según informó ayer el Ministerio del Interior. Así, el paso entre Melilla y el país vecino sumará 18 meses clausurado.
Al inicio de la pandemia de coronavirus, la situación epidemiológica aconsejaba el cierre de la frontera, tal y como se produjo, y cientos de personas a ambos lados quedaron asilados de sus familias y de sus puestos de trabajo. Una situación que generó, y sigue generando, graves problemas para muchos melillenses y muchos marroquíes. También, un buen número de empresas resultó damnificado y por ende, el conjunto de la economía de la ciudad.
Por el momento, el paso seguirá cerrado. El trasiego de miles de personas que se producía anteriormente a la llegada del coronavirus no sería ahora factible, la gestión de ese volumen de personas y los espacios habilitados no son adecuados para cumplir con la normativa sanitaria por lo que, mientras el virus siga presente, no va a ser posible recuperar el tránsito.
Todo hace proveer que la frontera terrestre entre Melilla y marruecos aún está lejos de poder abrirse y cuando lo haga no será como antes. El comercio transfronterizo no va a recuperarse y las tensiones diplomáticas entre Madrid y Rabat puede que repercutan en la facilidad para acceder a uno u otro lado. Tanto las empresas como la Ciudad Autónoma deberían dar por descontado todo esto y no confiar en la recuperación de un tráfico similar al que había previamente. Se debe trabajar en un escenario en el que la frontera no sea el mismo motor económico que fue para Melilla y buscar alternativas.