Con los trabajos de peatonalización del centro de Melilla, llega el turno de la calle Sidi Abdelkader. Son muchas las quejas de los vecinos por el ruido y de los comercios por el polvo, pero sobre todo de los accesos para pasar entre unas calles y otras, ya que muchas personas tienen que dar grandes rodeos y esto afecta también a algunos comercios que se ven aislados. El Faro se ha trasladado este jueves a esas calles del centro de la ciudad y ha hablado con algunos de los afectados.
Uno de los negocios que se han visto afectados con estas obras es la cafetería Garnata, que se encuentra en la esquina de Sidi Abdelkader con la calle José Antonio Primo de Rivera. Antes tenían ahí un estructura de hierro para poner las mesas, ahora con las obras han tenido que retirarlo y poner las mesas a un lado. Aún así aseguran que han perdido un 70% de su aforo desde que comenzaron estas obras. Uno de sus trabajadores, Yusef, habla con este medio y cuenta les afectó hasta el punto de que tenían que cerrar por la tarde porque no había clientela. "Había diez o doce personas diarias y con los gastos de la luz y de la mercancía no nos daba, y tuvimos que cerrar", añade.
La falta de accesos también es un problema para esta cafetería, que quizá es la más afectada por estas obras. Antes había un paso de peatones, por lo que los clientes acababan directamente en el local, pero ahora mismo las personas más mayores, que es el público mayoritario de esta cafetería, acaban optando por quedarse por otro local que les pille más cerca. "Tienen que darse una vuelta hasta el parque y llegar hasta aquí, o pasar por la avenida y no vienen", asevera este trabajador. Entienden que se trata de una obra, pero que igualmente hay molestias que podrían intentar que se hagan los trabajos menos ruidosos a una hora más temprana.
Cree que cuando acaben las obras podrán remontar con el negocio, aunque no es muy optimista con la peatonalización porque considera que antes se dejaba caer por ahí más gente cuando circulaban los coches y "con el centro comercial va a bajar un poco la cosa". Aunque no deja de dar una oportunidad a ver qué ocurre cuando las obras finalicen.
Por esa zona pasan muchas personas que van a sus lugares de trabajo, a las oficinas, a citas con el médico, o con dentistas, etc; y algunas que es cierto que tienen que desviarse un poco para llegar a su destino. Paula e Irene tienen que ir diariamente a su cita con el fisio y han tenido que hacerlo esa misma mañana. "Cada vez que tenemos que hacer cosas por aquí siempre tenemos que pasar por aquí y rodear la calle entera", indicaron.
Falta de aparcamiento
Otra cuestión que surge con estas obras de peatonalización es la de los aparcamientos, y Paula e Irene afirman que "si se ponen zonas peatonales no hay espacio para aparcar los coches". Otro joven que encontramos por la zona es David que coincide que si antes no había sitio para aparcar "ahora menos", pero valora de forma positiva que se de más prioridad al peatón.
Sebastián, otro melillense que suele pasar a menudo por la zona, reconoce que este tema va a costar a la ciudadanía, "pero la gente se tiene que acostumbrar a que tiene que buscar aparcamiento en la zona exterior de la zona centro". "Se está haciendo peatonal precisamente para eso: para que el centro esté libre de coches y de humo", afirma.
Polvo
También hay vecinos que se quejan del ruido y del polvo que dejan estas obras a lo largo de todos estos meses. José Antonio pasea por las calles del centro a menudo, entiende las quejas que puedan tener los vecinos con las obras, señala que "todo se puede evitar, pero que hay que poner medios".
Pasamos a otro comercio y nos encontramos con Califa, este vendedor comenta que una de las cosas que más le ha afectado de estas obras es el polvo que está entrando en la tienda. "Cada día tengo que fregar y limpiar", indica. Como cosas positivas destaca que van a arreglar la calle "y la van a dejar nueva". Por eso no queda otra que esperar cinco meses a que se arregle todo esto y la zona esté lista.
Optimismo
Aunque también hay quienes a pesar de todo son algo optimistas y se quedan con que cuando acaben estas obras la zona peatonalizada ayudará a traer a más clientes. Así lo expresa Farida, de la tienda de moda de Lander. "Evidentemente le ruido molesta, y mucho, pero hay que reconocer que la ciudad ha mejorado muchísimo, en esta avenida éramos reacios al tema peatonal pero ha dado mucha vida a Melilla", comenta la empresaria, que anima a la ciudadanía melillense a que se anime "y se venga a la peatonal porque se está muy bien porque los niños pueden corretear sin tener que pensar en la carretera.