La consejera de Cultura, Elena Fernández Treviño, asegura que el ofrecimiento de diálogo con la Comisión Islámica de Melilla sigue abierto a pesar de las críticas que vertió sobre su persona la organización. Recalcó que, a pesar que desde la CIM se tomaran de manera ofensiva su ofrecimiento, ella sigue manteniendo en pie su ofrecimiento la convocatoria para que se reúnan las distintas partes afectadas después de que una mujer, de confesión musulmana, denunciara que le habían impedido rezar en la mezquita del Mantelete en el rezo del Aid El Kebir y se le sumaran más mujeres a dicha queja.
"Yo creo que el diálogo es siempre positivo, es siempre constructivo; hay que escuchar a las mujeres, no se puede decidir por ellas", expresó. Sobre la carta que hizo pública la CIM y en la que se criticaba la gestión de Treviño, la consejera cree que es "dura" y señaló que su papel fue recoger una queja de una grupo de ciudadanas que le trasladaron las dificultades que tienen a la hora de ir a rezar a ciertas mezquitas de la ciudad. "Yo traslado esa queja, como consejera y parte de mis obligaciones" y subraya que simplemente se ha hecho una autocrítica que ayuda a mejorar las cosas. "Creo que en ningún momento la crítica se puede tildar de islamofobia, esa palabra se usa con demasiada ligereza", apuntó.
Sobre la acusación de paternalismo, Treviño cree que lo que es realmente paternalista es hablar en nombre de toda la comunidad musulmana de la ciudad. "Es complicado, habría que escucharles y lo que yo hago es invitar a la CIM a que escuche a parte de esas mujeres que vienen con una queja legítima y creo que lo que les ocurrió, hasta que se demuestre lo contrario, es verdad", expresó argumentando que el paternalismo no está en que ella se preocupe por ellas y quiera iniciar un diálogo, sino en la actitud que dice que las mujeres, por ser vulnerables deben quedarse en casa y no rezar en los templos. "Yo creo que eso sí que es verdaderamente paternalista", expuso.
Insistió en que ella no está en ninguna guerra, que "dos no se pelean si uno no quiere" y es por ello que manifestó que la invitación al diálogo es razonable. Aseguró no entender la actitud beligerante hacia su persona y enfatizó que ya invitaron a la CIM a participar en las actividades del Ramadán, además de que las puertas de la Consejería siempre están abiertas a quien quiera ir.
La CIM es una organización existente en un Estado aconfesional como es el español pero cuya obediencia última se debe a la NarcoDictadura marroquí. Representa unos valores rancios, caducos, retrógrados, de otra época y de otros lugares que no tienen cabida en una democracia europea, ni en un Estado de derecho como el español ni en una ciudad tolerante como Melilla en la que todos nos respetamos y nos llevamos bastante bien. ¡Pero si estos mangutas no respetan a la mitad de los fieles que son precisamente mujeres! Por lo tanto es una organización que no representa a un colectivo (como proclaman), sino que se representa a sí misma (a sus 4 "apesebraos") así como -en última instancia- al rey de Marruecos que tantísima repulsión, rechazo y vergüenza nos produce, a mí el primero como español y bereber. Espero que se le retire a esta organización toda subvención pública, que se expulse a los imanes marroquíes que transmiten mensajes y actitudes nocivos y que se someta a la CIM (y a cualquier otra organización similar) a una intensa vigilancia tanto fiscal como de sus actividades por parte de las autoridades. Es una vergüenza que la CIM salpique con su mierda y sus vergüenzas al colectivo amazigh. ¡Ascazo!
Es difícil cambiar esa mentalidad anclada en el pasado de esa religión, para ellos la mujer sigue siendo sirvienta de su marido .
Ya es hora que en pleno siglo XXI se acabe con el paternalismo, los tiempos cambian a mejor y las mujeres también. Por mucho que quieran callar esas voces no lo van a conseguir así que lo único que les queda es DIALOGAR, por más que les pese .