El nuevo técnico azulino, Ángel Viadero, continúa con la puesta a punto del equipo de cara a su debut este próximo domingo. Pero antes, hemos querido conocer un poco mejor como es el nuevo inquilino del banquillo azulino.
–¿Cómo se define como persona?
–Soy una persona honesta y muy trabajadora.
–¿Cuándo vio que su camino era ser entrenador de fútbol?
–Desde muy pequeño tengo grabados los sonidos y olores que había en el viejo campo de El Sardinero y siempre soñé con ser profesional y ser jugador del Racing, el equipo de mi tierra. Al dejar el fútbol como jugador con solo dieciocho años, pasé rápidamente a entrenar y lo primero que hice fue formarme. Con 23 años me llama el Racing y allí comienzo a ver más seriamente lo de ser entrenador. Desde entonces dirigir en un banquillo se ha convertido en mi profesión y mi pasión.
–Estuvo durante muchos años en la cantera del Racing de Santander, ¿cómo fue la experiencia?
–Empecé desde los escalafones más bajos hasta estar durante seis temporadas en el filial, donde conseguimos que muchos jugadores llegarán a Primera División, incluso a ser internacionales. Fueron años que disfruté mucho y conseguí hacer un trabajo de cantera continuado, en el cual creo muchísimo.
–Después de tantos años y asentando en Santander, decide salir de su zona de confort, ¿por qué?
–Llegó un momento que entendí que mi ciclo estaba acabado. Fue una decisión personal porque el Racing siempre quiso que continuara, pero entendía que tenía que crecer y salir de mi zona de confort. Desde entonces he labrado un camino que, con errores y aciertos, es mi camino. Puedo decir con orgullo que como entrenador me he hecho a mismo.
–Tras varios años entrenando le llega el momento de dirigir al primer equipo del Racing Santander. ¿Cómo fue cumplir un sueño?
–Tuve la suerte de ser entrenador del Racing, del equipo de mi tierra, aunque fue una época agridulce. Hicimos cosas muy buenas el primer año en unas circunstancias económicas complicadas, y no tantas cosas positivas en el segundo año, donde me hubiese gustado conseguir el ascenso. De esta etapa me quedo con esa espina clavada de no haber podido devolver al Racing a la Segunda División.
–La pasada temporada dirigió en la Primera División de Marruecos. ¿Qué tal la experiencia?
–En la vida hay que ser valiente. Salir fuera de casa te hace abrir la mente y enriquecerte a nivel cultural e intelectual. Mi experiencia en Marruecos fue extraordinaria en todos los aspectos y por supuesto en lo deportivo, donde creo que conseguimos cosas muy importantes para un equipo que venía de luchar siempre por evitar el descenso en los últimos años.
–Con tanto bagaje dirigiendo a sus espaldas, ¿de qué se siente más orgulloso?
–He tenido muchos momentos buenos y malos en lo deportivo. Me han cesado muchas veces y eso me ha ayudado a ser mejor entrenador, porque creo que todos esos varapalos hay que verlos como algo que sirva para demostrarte que tipo de entrenador quieres ser. Pero si me tengo que quedar con algo bueno, y de lo que me siento más orgulloso como técnico, fue tras un partido con el Sestao. Perdimos el ascenso ante el Albacete, tras no contar para nadie. Todos y cada uno de los jugadores fueron capaces de dar su mejor versión y el ver a los jugadores llorando en el vestuario, pero llenos de orgullo por haber dado todo lo que tenían dentro, es un momento que está grabado en mi cabeza.
–¿Entrenador metódico o intuitivo?
–Un entrenador debe ser metódico y conocer lo que tiene para sacar el mejor rendimiento de su equipo. Pero también creo que hay que ser muy intuitivo. En el fútbol los entrenadores hemos querido controlar todo y en el fútbol eso es imposible. Hay que ser intuitivo. Con los años he aprendido a ser un entrenador al servicio del equipo y hacer lo que sea mejor para que ellos rindan a un buen nivel.
–¿Qué importancia tiene para usted el aspecto mental?
–La cabeza de cada persona determina su vida y la de un deportista tiene que estar bien. Siempre se habla de correr en el campo, pero en el fútbol hay que ser inteligentes y para conseguirlo hay que tener valentía y autoestima.
–Por último, ¿cuáles son sueños por cumplir en lo deportivo?
–Tengo muchos sueños personales, muchos relacionados con mi familia, pero a nivel de trabajo intento tener faros a cierta distancia, caminos ambiciosos, pero siempre disfrutando el presente. Mi presente ahora es Melilla y mi sueño es disfrutar de esta plantilla y hacer un buen trabajo que consiga cumplir los objetivos e ilusionar a la gente hasta final de temporada.