Este domingo la Comandancia General de Melilla ha celebrado junto al Tercio Gran Capitán I de la Legión los cien años de la creación de esta fuerza especial del Ejército de Tierra. Ha sido un acto austero y solemne por la tarde sin familiares ni invitados y con las restricciones de seguridad debido a la pandemia del COVID-19.
En este acto conmemorativo, en el acuartelamiento Millán Astray, el comandante general de Melilla, José Miguel de los Santos Granados, quiso dirigirse a los legionarios que conforman el Tercio Gran Capitán I para transmitirle su enhorabuena y sus palabras de afecto por este día tan especial. Comentó que pese a las circunstancias excepcionales, no se le debe restar "ni un ápice de importancia ni relevancia" esos cien años de vida del cuerpo de la Legión. Son "cien años de valor", quiso señalar el comandante general, haciendo hincapié en el valor de esos cien años de historia que cuentan ya los regimientos legionarios.
"Sentíos orgullosos del uniforme que vestís, porque quienes no lo hacemos nos sentimos extraordinariamente orgullosos de vosotros, de esos cien años de abnegación de espíritu de sacrificio, de trabajo de entrega y sobre todo de amor a España", expresó. Por ello instó a los soldados legionarios a continuar en la línea de sus antecesores haciendo al cuerpo al que pertenecen, a la Legión y al Ejército cada vez más prestigioso.
El acto tuvo lugar cerca de las 20:00 horas, cuando ya caía el sol en la explanada de formación. Ahí la unidad de honores del acto, la Compañía de Defensa Contra Carros, ya estaba en formación, liderada por el capitán Juan Pedro Valle Fernández.
Poco después y tras la llegada de la enseña nacional, el comandante general de Melilla, José Miguel de los Santos Granados, pasó revista. Entonces, se procedió a la lectura del decreto de la Fundación de la Legión, por parte del Comandante Caballero Legionario, José Lomeña Quintero. De forma simultánea, en el mástil, frente a la entrada del cuartel se estaba realizando el arriado de bandera.
En este acto conmemorativo, volvieron a rendir homenaje a los soldados que dieron su vida por España, con una ofrenda de flores. Posteriormente, despidieron este acto oficial recitando el credo legionario y cantando el 'Novio de la muerte' así como el Himno de la Legión.