D esde el Patronato de Turismo se han puesto manos a la obra en la coordinación de las distintas entidades para recibir a los turistas de siete cruceros que harán una parada en Melilla.
En mayo llegará el primero. Uno de ellos con mil personas, y los otros seis con entre 300 o 400 viajeros. Eso significa que por lo menos 2.800 turistas tocarán este suelo español en el norte de África. El objetivo es que se lleven la mejor imagen de la ciudad, por lo que desde el Patronato diseñan un plan de actuación para que Melilla esté en óptimas condiciones para recibir a los viajeros.
Persiguen que los comercios estén abiertos los días en que los turistas estén en la ciudad, así como los museos y restaurantes. Aspiran a que quienes paren en Melilla se lleven en su recuerdo la esencia de la ciudad y de su gente. La meta a largo plazo es que nuestra ciudad se convierta en una parada obligada para los cruceros y así abrir una fuente de ingresos en una Melilla que lo necesita.
Las alternativas económicas están sobre la mesa, desde distintos sectores de la sociedad apuestan por el turismo, ese que no solo llegue por vía aérea, también por mar, a través de las navieras y de los cruceros. Esta es una oportunidad para Melilla, para mostrar su mejor cara y, con ello, atraer a los ciudadanos del mundo a la ciudad.
Melilla tiene experiencia en la atención a turistas, esa que hay que poner en práctica para hacer de este un destino para miles de personas de España y del mundo.