LOS pasados días se han registrado en la ciudad dos accidentes de tráfico que han involucrado a dos coches y sendas rotondas. En ambos casos los pilotos, que superaban la tasa de alcohol en sangre para poder circular, estrellaron sus vehículos contra estas plazas circulares que sirven para regular el tráfico en las intersecciones de las vías. Por suerte, ninguno de los dos accidentes fue grave y no hubo que lamentar perdidas personales.
Durante las fiestas de Navidad es habitual que nos dejemos llevar por los excesos con el alcohol, son fechas de celebración y tendemos a consumir algo más de lo que solemos hacer durante el resto del año, pero esto no es óbice para bajar la guardia.
No se trata de amargarse las fiestas y no probar ni una gota de cava, pero existen múltiples formas de prevenir las desgracias que acarrea conducir ebrio. Las intensas campaña promovidas por la Dirección General de Tráfico, advirtiendo sobre los riesgos que entraña la suma de coche más alcohol, han servido de excelente método de concienciación y la introducción de carné por puntos ha hecho descender de forma extraordinaria el número de siniestros.
Pero los verdaderos responsables somos los conductores. Debemos ser conscientes del compromiso que asumimos cuando nos ponemos al volante y tomar todas las medidas necesarias para no poner en riesgo nuestra propia vida ni la de los demás.