El Día Mundial del Alzheimer se celebró ayer en la Ciudad Autónoma con seis mesas de cuestación para que todo el que quisiera, pudiese donar fondos para la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias (AFA).
Los puestos donde se hicieron las donaciones fueron en el Hospital Comarcal, las Torres del V Centenario, la Plaza Menéndez Pelayo, Puerta Neguri, la Antigua Ferretería Cabanillas y el Mercado del Real. El dinero recaudado va destinado a la asociación que “tiene bastantes gastos aparte de las subvenciones”, según la presidenta de la asociación, María Dolores Arjonilla. El trabajo de esta institución cumple 20 años en Melilla, que se resume en una dedicación total a las atenciones de las personas enfermas de alzhéimer y sus seres más cercanos.
Sobre las 12:30 horas, miembros del gobierno de la ciudad y la delegación pasaron por el puesto de la Plaza de Menéndez Pelayo donde el presidente de la Asociación de la Prensa de Melilla, José María Navarro Gil, leyó el manifiesto oficial a nivel estatal.
El lema elegido por CEAFA fue ‘ConCiencia Social’ para “focalizar sus reivindicaciones y propuestas con motivo del Día Mundial de Alzheimer 2018”. El manifiesto se centró en reclamar “la necesaria conciencia que ha de existir para garantizar un adecuado abordaje integral del alzhéimer que, además de combatir sus efectos sociosanitarios, ponga en el centro de atención la observación de los derechos de las personas afectadas, al tiempo que se respete su dignidad”. Por otro lado, también se quiso pedir apoyo y sustento en “cualquier acción o medida que pueda lanzarse en evidencias contrastadas y contrastables, al tiempo que ha de exigirse un mayor compromiso con la ciencia, tanto la biomédica como la social o sociosanitaria, en tanto que único recurso para avanzar hacia la erradicación de la enfermedad, así como también de sus consecuencias”.
Después de la lectura del manifiesto, la presidenta de la Asociación de Familiares Enfermos de Alzheimer y otras Demencias intervino para pedir concienciación con la enfermedad, al igual que con el trabajo que hacen aquellas personas que cuidan a los que la padecen. “También debemos mostrar un respeto absoluto a los familiares”, agregó María Dolores Arjonilla.
La presidenta de la asociación quiso recordar la labor de muchos trabajadores que se involucran para cuidar a las personas que tienen alzhéimer. Para ello, todos los años se conmemora a alguien con la entrega de una placa. El obsequio fue otorgado a Francisca Conde Ramírez, viceconsejera de Acción Social de la Ciudad Autónoma de Melilla, en gratitud por su trabajo como cuidadora de enfermos de alzhéimer. Entre aplausos de los presentes, Conde recibió su placa emocionada y agradecida.
Una vez concluido el acto, el presidente de la ciudad, Juan José Imbroda, dedicó unas palabras por este día y hacia todos los voluntarios y trabajadores de la asociación: “Quiero agradecerles por cómo se aplican con los enfermos y sus familias. Mi enhorabuena a todos y mi esperanza para que se encuentre algún fármaco que acabe con esta enfermedad”.
Imbroda también recordó el gran número de personas que padecen alzhéimer: “Son millones de personas las que la sufren. Es cierto que ahora vivimos mucho más, pero se trata de algo es muy duro”.
Esta enfermedad neurodegenerativa se descubrió en 1906 por el psiquiatra Alois Alzheimer y aún no se ha encontrado una cura para esta. La dependencia que tienen las personas que la sufren hace que los familiares y los cuidadores vivan las 24 horas del día por esa persona.
Según la Sociedad Española de Neurología, la mortalidad por alzhéimer ha aumentado en los últimos 15 años.