“Hemos venido a comer mucho y a gastar poco”. Lo decía Marisa, una joven melillense de 19 años que acudió este lunes a la Feria con su grupo de amigas, atraídas por la oferta del Día de la Tapa. “Normalmente, creo que es bastante caro comer en el ferial, por eso teníamos que aprovechar el día de hoy”, comentaba. La tapa y la bebida a un euro fue el principal reclamo del lunes para llenar las casetas. Y funcionó. Por este precio se ofrecieron tapas de platos tan variados como paella, pinchito, pescado fresco, migas, callos, patatas bravas... Había muchas posibilidades para elegir, aunque cada caseta era libre de decidir el número de tapas que ofrecía.
A las tres del mediodía, las barras y mesas altas estaban a rebosar de personas, ya que las mesas bajas estaban reservadas para las raciones. Los trabajadores de las cocinas se movían a un ritmo frenético para dar salida a todos los platos que se iban pidiendo con la mayor brevedad posible. Eso sí, lo hacían sin perder la alegría que caracteriza a las fiestas patronales.
Un cebo para los clientes
La mayoría de los responsables de las casetas se mostraron contentos con esta iniciativa impulsada por la Viceconsejería de Festejos. “Se ha conseguido que el lunes, que era un día flojo para la Feria, venga mucha gente a comer con la excusa del Día de la Tapa”. Así lo aseguraba Javier, el encargado de la Caseta Aragón. “Es cierto que el ambiente que hay en la cocina es una locura total, pero merece la pena y, al final, estamos en familia”, comentaba.
Por otro lado, Jafi, uno de los responsables de cocina de la Caseta Costaleros, apuntaba a que el Día de la Tapa era clave para ganar nuevos clientes, aunque el ritmo de trabajo del personal sea “descomunal”. “Es verdad que los precios son muy baratos y que se trabaja mucho, pero así la gente viene a la caseta con la excusa de la oferta y, como le gusta el trato, el ambiente y la comida, acaba volviendo otros días y consumen raciones”, señalaba.
Lo mismo apuntaba Pascual, de la caseta A quién le importa, de la Asociación de Vecinos del Industrial. Según aseguraba, muchos clientes acudieron para tomar tapas y, al final, acabaron sentándose en las mesas para pedir raciones. “A mí me parece muy bien que la gente tenga opciones de venir a la Feria y comer baratito, nosotros hemos ofrecido más de veinte tapas”, hacía hincapié.
El responsable de esta caseta ponía de manifiesto que, en su caso, lo que no pretendía de ningún modo era “engañar” a los melillenses. “Si es el día de la tapa, es el día de la tapa. Por eso ofrecemos tantos platos con esta oferta, para que la gente tenga variedad para elegir lo que se va a tomar con su caña, tinto o refresco”, reseñaba.
Hay casetas, como la de Melilla Club Deportivo Luni, que tenían todas las mesas del comedor llenas de comensales, pese a que la oferta de la tapa sólo era aplicable en la barra. “Lo bueno de este día es que se ve a mucha más juventud. Por ese precio, es normal”, incidía Miguel Ángel, responsable del local.
Voces en contra
No obstante, también hay detractores de la oferta que incluye la bebida y la tapa por un euro. Marcelo, el encargado de la caseta El Capirote, aseguraba que “no merecía la pena” el esfuerzo del personal para la “poca caja” que se hacía. “En un día normal, la recaudación puede ser de 800 o 900 euros, mientras que el Día de la Tapa no llega ni a 400 euros, en nuestro caso”, apuntaba. Según explicaba, la gente acudía a tomar un par de tapas y luego se marcha a otras casetas, pero sin llegar a pedir raciones. “Si la gente se sentase en las mesas, estaría bien, pero aquí vemos que no funciona. Este es el último año que lo hacemos”, decía.