El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, tildó ayer de “infamia” las críticas lanzadas desde algunos colectivos a la labor que desempeña la Ciudad con los menores tutelados y que él definió como “descomunal, colosal”, subrayando que “educar y cuidar a 800 niños y niñas no es fácil”.
Imbroda, que hizo estas declaraciones durante el acto de entrega de diplomas a los 70 menores tutelados que participaron a finales de junio en el espectáculo ‘Nana’, subrayó que otros lugares como el País Vasco o las islas Canarias estaban preocupados cuando alcanzaban los 200 y 500 menores extranjeros no acompañados, respectivamente, mientras que en Melilla el número se eleva en la actualidad hasta los 800.
“Digna de encomio”
Por ello, el jefe del Ejecutivo local aseguró que la tarea en Melilla es “digna de encomio”, destacando que “la inmensa mayoría” de los trabajadores de los centros de acogida “lo hace muy bien”.
Imbroda también aprovechó el acto celebrado con los niños para arremeter contra los que afirmó “que quieren que los menores estén en la calle”, según dijo, porque de esta manera pueden “justificar su labor social” y aseguró que algunos lo hacen “cobrando”.
Riesgos
Hizo hincapié en que es mejor que los menores estén en los centros, “aunque se eche un colchón en el suelo” porque no hay suficiente espacio, a que estén “en las piedras”, haciendo alusión a los jóvenes que están en la escollera, a la espera de coger un barco, lo que implica muchos riesgos para sus vidas. “Alguno habrá muerto y no nos habremos enterado”, lamentó.
En cuanto a los motivos que están detrás de la llegada de estos chicos a Melilla, apuntó que muchos de ellos son impulsados incluso por sus propios padres porque “España es la novena potencia económica mundial y la cuarta europea”, un “país avanzado con sus derechos, libertades y también obligaciones.
A estos jóvenes les pidió colaboración y que aprovechen “la oportunidad” que se les está dando en nuestra ciudad.