El presidente cree que se ha conseguido solucionar, en gran medida, el problema de los pequeños que viven en la calle, pero reconoce que la cifra de menores acogidos en centros sigue siendo muy elevada
El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, destacó ayer el esfuerzo que hace la Administración para atender a los cientos de menores extranjeros no acompañados que tiene bajo su tutela en los centros de protección, ayudar a los que están en las calles y salvaguardar la vida de los que tratan de llegar a Europa como polizones.
A preguntas de los periodistas, el presidente de la Ciudad indicó que la presión migratoria de estos menores es continua porque “entran y salen”, pero puso el acento en que en los últimos meses “ha desaparecido” el problema de la alarma social que había hace algún tiempo por la presencia de numerosos niños que vivían en la calle.
Resaltó que las medidas que se han tomado por parte de todas las administraciones están contribuyendo a acabar con este problema, aunque reconoció que sigue habiendo otros asuntos a los que hay que hacer frente.
Medidas que funcionan
“Si teníamos un grado 100, ahora mismo tenemos seís o siete y ya no preocupa a los melillenses”, afirmó Imbroda en alusión al problema de la alarma social, lo que atribuyó a las medidas que adoptaron en su momento la Ciudad Autónoma y la Delegación del Gobierno, junto con los Cuerpos de Seguridad.
En este punto, el máximo dirigente del Ejecutivo local se refirió al programa de educadores de calle que volverá a ponerse en marcha en breve con la contratación de larga duración de 16 personas, que se encargarán de “ayudar para que en las calles se atienda a los menores y puedan tener todas sus necesidades cubiertas” sin que tengan que estar deambulando por la vía pública.
Hay que recordar que este programa ha sido ya adjudicado a Clece y que el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, dijo este fin de semana que confiaba en que a lo largo de esta semana pudiera estar ya funcionando.
Además, el presidente de la Ciudad aprovechó para poner en valor el refuerzo de seguridad en el puerto de Melilla, que “se está blindando” para evitar la entrada de estos inmigrantes a la zona de seguridad para colarse en los barcos y viajar como polizones hasta la península, porque de esa manera se está “salvaguardando sus vidas”.
Cabe señalar que Ventura aseguró este sábado que mensualmente llega a nuestra ciudad alrededor de un centenar de niños y que actualmente en la ciudad hay unos 750 acogidos