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La plantilla, con su técnico Manolo Herrero a la cabeza, es consciente de que de no conseguir los tres próximos puntos frente al UCAM Murcia, jugar el playoff sería bastante improbable
La Unión Deportiva Melilla retornaba en la matinal de ayer miércoles al trabajo (después de dos días de descanso) para comenzar a preparar su particular Domingo de Resurrección, en el que se tendrá que enfrentar al conjunto del UCAM Murcia.
Ni jugadores ni cuerpo técnico van a arrojar la toalla, pero saben que mantener vivo el ‘milagro’ dependerá en gran parte de sacar los tres próximos puntos del estadio de La Condomina.
Los azulinos acometían en la mañana de ayer un circuito de fuerza sobre el césped principal del estadio Álvarez Claro, para posteriormente realizar un trabajo táctico y finalizar subiendo al Anexo para trabajar en espacios reducidos.
Hay que significar que los entrenamientoss continuarán hoy mismo en el mismo escenario en el que se trabajaba ayer.
Trabajo diferente
Los únicos jugadores que se mantenían al margen del resto de sus compañeros durante el primer entrenamiento semanal, de cara al choque del próximo domingo, fueron el futbolista ghanés Richard Boateng y el centrocampista jerezano Lolo Garrido, aunque se espera que este último pueda reincorporarse al grupo a lo largo de la semana.
Sin margen de error
El trabajo del equipo azulino ha de redoblarse sabiendo que aún quedan 21 puntos por disputarse y que ciertos enfrentamientos directos pueden favorecer los intereses de la escuadra melillense, pero hay algo claro y meridiano: ya no se puede fallar, y menos aún frente a un rival directo como la escuadra murciana.