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Fue hace 20 años, en un 17 de noviembre de 1997, cuando los depósitos de agua reventaron.
Once personas murieron por la riada. Unos 25 millones de litros de agua arrasaron con Averroes, Tiro Nacional, El Rastro y todas las calles del centro hasta llegar al mar.
La rotura de los depósitos provocó una gran riada. El agua arrastró con ella vehículos, piedras y lodo. Todos los barrios que estaban bajo estas instalaciones quedaron anegados. Las viviendas que más sufrieron los efectos del fuerte torrente de agua fueron las situadas en Averroes. Pero el agua no sólo causó numerosos daños materiales. También acabó con la vida de once personas, entre ellas, una joven embarazada y sus dos niños.
Lo único bueno que se sacó de esa tragedia fue que toda la ciudad se volcó con las víctimas. Decenas de voluntarios ayudaron para localizar a los desaparecidos y, luego, para recuperar la normalidad en las calles.
Las fotografías han sido cedidas por el archivo del cronista oficial de Melilla.