El IES Rusadir inaugura la exposición ‘Diez años construyendo’. Muestra una veintena de trabajos hechos por alumnos extranjeros que iniciaron el curso sin dominar el castellano
Muchos estudiantes que se encuentran en los centros educativos de Melilla no hablan castellano, pero con apoyo lo suelen aprender rápido y, además, vienen de familias que están luchando y poniendo en juego todas sus capacidades, para salir adelante en un país y una ciudad extraños.
Ese apoyo radica en iniciativas como el llamado Aula de Atención Temporal. Un programa de compensación educativa y de prevención del absentismo que puso en marcha hace 14 años el instituto Rusadir. Aparte de impartirse materias como Lengua, Historia o Sociales, hace diez años se introdujo el taller de Tecnología. Al frente del mismo se encuentra el profesor José Luis Ibáñez.
Ayer asistió a la inauguración de la exposición ‘10 años construyendo’ que muestra una veintena de más de 40 trabajos que han realizado sus alumnos provenientes de países como Marruecos, Siria o el Líbano, entre otros.
Diferentes proyectos
Ante los estudiantes, enseñó a los medios de comunicación y a otros escolares del centro el funcionamiento de cada pieza de la exposición. Entre éstas estaba ‘la rana cazamoscas’ con la que, según Ibáñez, se pretende que el alumno conozca “el funcionamiento de un sistema de transmisión por correa que es un conjunto de dos poleas acopladas por medio de una correa con el fin de transmitiré fuerzas y velocidades angulares entre árboles paralelos que se encuentran a una cierta distancia”.
Un proyecto, que simulaba con dos latas de refresco el timbre de una puerta, fue, según el profesor, “idea propia” de uno de los alumnos. Otra de las maquetas mostraba a una bailarina de ballet que giraba en torno a su propio eje. “Se buscaba que los estudiantes conociesen las ventajas de los rodamientos mediante el giro de una plataforma horizontal con un rozamiento mínimo”, dijo Ibáñez.
Con todos estos trabajos, que quedarán expuestos hasta el viernes para el disfrute de todos los alumnos del centro, se ha pretendió que los niños extranjeros conozcan el funcionamiento de diferentes herramientas, promuevan su imaginación, aprendan a trabajar en grupo y desarrollen sus habilidades lingüísticas en castellano.
Igualdad
El profesor del taller de Tecnología aseguró que el Aula de Atención Temporal garantiza a los escolares igualdad de oportunidades educativas. “Después de un año atendiendo a este programa, pasan al curso que les corresponde que suele ser primero o segundo de la ESO”, explicó.
Reconoció que la primera toma de contacto no es fácil porque provienen de países tan diversos que, aunque la mayoría dominan el árabe, sus dialectos son tan distintos que, a veces, ni ellos mismos se pueden comunicar entre sí. No obstante, insiste que la evolución es muy “positiva”. “Los niños son como esponjas. A nosotros nos costaría mucho más”, apuntó.
Antiguos alumnos
Ibáñez destacó que mantiene el contacto con muchos de sus antiguos alumnos que, tras concluir un grado medio, han podido encontrar un trabajo. “Sobre todo con antiguos residentes del centro de La Purísima me suelo tomar un café para que me pongan al día ”, señaló.
Esperemos que en unos años sean sus actuales alumnos, Mohamed, Doaa, Adil, Mohamed, Yasmina, Hamza, Bilet y Mohamed los que puedan contar a su profesor sus logros y éxitos en el cada vez más reñido mercado laboral.