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El proyecto permitirá llevar agua ‘reciclada’ de la depuradora al Parque Hernández
El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, asistieron ayer a la instalación de la primera piedra de la reforma de la antigua estación de bombeo. Ahora se reformará para enviar aguas residuales a la depuradora y para que, una vez tratada, pueda bombearla hasta parques y jardines y para la limpieza de la ciudad. Cuando esté terminada la obra ya no se utilizará agua de la desaladora para este fin. Por ello, Quevedo destacó que dicho proyecto influirá en que los melillenses tengan en sus hogares el agua de mejor calidad de España.
Imbroda destacó que este proyecto es muy acertado, no sólo para el cuidado del medio ambiente, sino porque se van a reutilizar unas instalaciones que estaban en desuso. Aseguró que la obra no sólo pondrá en marcha esta estación de bombeo. También implicará una rehabilitación del entorno que estaba degradado.
El líder del Gobierno local explicó que la depuradora ya trata unos 2.000 metros cúbicos de agua para abastecer la zona de la Granja Escuela y el campo de golf. Con esta nueva obra, se generarán otros 2.000 más para otras zonas de Melilla, como jardines del centro, el Parque Hernández o Lobera y para la limpieza de las calles.
El presupuesto de licitación fue de 517.400 euros y se adjudicó por 395.400 euros, es decir, con una reducción de un 22%. Se lleva a cabo con una cofinanciación de un 80% de Fondos Europeos y un 20% de la Ciudad.
Imbroda subrayó que esta reforma se sumará a la instalación de las tuberías que unirán la estación de bombeo con la depuradora y que incluye la creación de un carril bici en el Paseo Marítimo, aunque matizó que se respetará la temporada de playa y no se acometerá este segundo proyecto hasta octubre.
Calidad el agua
Por su parte, Quevedo indicó que consumimos 36.000 metros cúbicos de agua y la desaladora sólo es capaz de producir 20.000. Espera que para el 2020, es decir, en tres años, se haya ampliado esta planta y se alcancen los 30.000 metros cúbicos y que ésa sea el agua que llegue a los hogares.
Si a este proyecto se suma el tratamiento de aguas residuales para limpiar calles y regar los parques, se reducirían unos 4.000 metros cúbicos de consumo del total.
Los otros 2.000 que hacen que el consumo en nuestra ciudad sea de 36.000 metros cúbicos pueden ir bajando si aumenta la conciencia en el uso del agua y se arregla la red, una actuación que ya está desarrollando la Consejería.