A Juan José Imbroda le entró ayer un pequeño ataque de risa cuando en Onda Cero, en el programa 'El Presidente responde', le preguntaron qué había de cierto respecto de su posible fichaje para algún cargo del Gobierno central en el caso de que, como se prevé, las próximas elecciones las gane el Partido Popular. Los mentideros de esta ciudad siempre andan revueltos y afirmando extremos muchas veces tan llamativos como inciertos.
Confieso que jamás he oído nada similar a lo que, está visto, sí han escuchado algunos de mis compañeros de profesión. A mí la noticia me ha llegado por otros derroteros, de fuentes muy bien informadas, pero apuntando, como posible alto cargo de un futuro Gobierno de Rajoy, a otro miembro del Gobierno local que podría pasar a ocupar un puesto de Secretario de Estado.
La propuesta iría encaminada a dar un toque más variado y plural al nuevo staff de autoridades que tendría que nombrar el PP si ganara el 20N.
En concreto se barajaba el nombre del consejero de Presidencia, Abdelmalik El Barkani, pero confieso que este es un extremo que ni siquiera he comentado nunca con él, aunque mis fuentes presumen de estar muy bien informadas y normalmente suelen estarlo.
Si así fuera, Melilla ganaría, porque nos conviene, y mucho, que un melillense forme parte de la nueva dirección de alguno de los Ministerios. No obstante, lo que más nos conviene, como decía ayer el presidente Imbroda en el mismo programa de radio, es que Rajoy nos haga caso. “Yo sólo quiero que Rajoy nos haga caso”, apuntaba serio después de echarse unas risas ante la pregunta sobre si estaría dispuesto a abandonar la Presidencia de la Ciudad para asumir un posible cargo en Madrid a propuesta del presidenciable líder nacional del Partido Popular.
Melilla y Ceuta ya tienen fecha para su próxima cumbre. Se celebrará, como estaba previsto, en nuestra ciudad y será el jueves próximo, después de la visita del portavoz del PP en el Senado durante la última legislatura, Pío García Escudero.
La acción conjunta de nuestras dos ciudades, continua desde hace años pero más intensa ante el más que posible cambio en el Ejecutivo central, es una estrategia acertada y necesaria, porque como han dicho hasta la saciedad tanto Imbroda como el presidente ceutí, Juan Vivas, tenemos problemas similares que sólo se resolverán con soluciones comunes.
Hablamos de un mayor desarrollo autonómico, de un trato ajustado a nuestra realidad social y demográfica actual, sobre todo tras el notorio incremento de nuestro padrón de habitantes; de una política más fructífera también en materia de convenios con el Estado, tal cual sucedió en tiempos de gobierno de Aznar en materia de viviendas sociales o debe suceder de nuevo en lo tocante al coste de la producción y suministro de agua potable a Melilla, más si cabe después de retirarnos unas ayudas estatales que, por el contrario, se mantienen y convierten en indefinidas para la comunidad canaria.
Imbroda tiene claro que los melillenses no podemos ser menos que el resto de españoles y que, en todo caso, son precisas políticas de discriminación positiva que ayuden a superar los mayores obstáculos derivados de nuestra situación geográfica, nuestra realidad fronteriza, nuestra diversidad social y otros parámetros decisorios como nuestros mayores índices de paro, de fracaso escolar y abandono temprano de la escuela.
Esta es la política necesaria, la única posible y en la que hay que trabajar. Sorprende el silencio de los grupos de la oposición en la Asamblea a este respecto.
Especialmente escandaloso es el caso del PPL, preocupado casi exclusivamente de encontrar una vía de arraigo laboral en Melilla para su presidente Ignacio Velázquez o de que se indemnice a su diputado local, Julio Liarte, para compensarle la incompatibilidad de su puesto de funcionario de la Administración local con su escaño en la Asamblea de Melilla.
Liarte debe percibir un sueldo digno en atención a preservar su derecho a la participación política, pero no creo que deba pretender cobrar lo mismo que venía percibiendo como alto técnico de la Ciudad Autónoma, porque en tal caso constituiría un caso único, más remunerado que cualquier cargo del actual Gobierno local y con claro agravio comparativo respecto de otros políticos que, como él, aún siendo altos técnicos de la Administración melillense, han pasado a la política, en puestos de gobierno, a costa de perder ingresos. Me refiero por ejemplo a los casos concretos de Ramón Gavilán o al del nuevo consejero de Medio Ambiente, José Ángel Pérez Calabuig.
La fijación con que el PPL se centra en la casuística particular de los principales 'cabezas' de su partido contribuye a demostrar la auténtica realidad de una formación política impulsada exclusivamente por los personalismos y los ánimos de revancha.
De la extinta coalición CpM-PSOE y de lo que vienen diciéndose entre ellos quienes otrora andaban tan juntos que hasta unieron su destino ante los juzgados, con imputaciones idénticas por el caso del voto por correo en las generales pasadas, qué les voy a decir. Y es que, ahora, el socialista Dionisio Muñoz dice que “Aberchán es el mejor agente del PP”. Vivir para ver.