Una joven marroquí se suicidó quemándose a lo bonzo en Benguerir (centro de Marruecos) tras haber sido violada por un grupo y saber que sus agresores habían sido puestos en libertad, según recogieron ayer varios sitios web locales.
La joven, de unos veinte años de edad, fue violada por un grupo de seis personas, que además grabaron la escena con un teléfono móvil.
Aunque la joven los denunció, un juez los puso en libertad condicional con cargos, al parecer después de recibir presiones de ciertas personas con poder en la ciudad.
Al saber que sus violadores habían quedado en libertad y que disponían además de un vídeo que podría hundir su reputación, la joven se roció con un líquido inflamable y se prendió fuego hasta morir en la Avenida de África de la ciudad.
Trasladada de urgencia al Hospital Ibn Tofail de Marrakech, la joven solo pudo sobrevivir durante 36 horas y el domingo falleció en el hospital.
En 2014 el Parlamento marroquí derogó una ley que permitía que un violador escapara de la pena de cárcel si desposaba a su víctima menor de edad.