La asociación se queja de que en la UE esta práctica esté prohibida, pero que se siga dando en Melilla.
La asociación en favor del medio ambiente Guelaya-Ecologistas en Acción lamenta que, con la llegada del mes de julio, se haya dado comienzo la “tradicional” caza de fringílidos, es decir, la familia de aves que aglutina a verderones, verdecillos y jilgueros. Se trata de una práctica que esta organización local tacha de “despropósito” a la vez que señala que “está totalmente prohibida en Europa”, pero que en Melilla “está inexplicablemente amparada por la ley” porque esta caza es una “tradición”.
Esta entidad afirma, a través de un comunicado de prensa, que se colocan “un montón de redes esparcidas por el escaso entorno rural de la ciudad” para atrapar a estas aves. En concreto, apunta que el vivero forestal de Guelaya, donde la asociación cuenta con cultivos, se convierte “en un refugio para estos pajarillos, donde tienen agua y comida y no son molestados”. Sin embargo, desde la organización ecologista lamentan que los cazadores se hayan dado cuenta del refugio que supone para las aves las instalaciones de la entidad y apunta que se han instalado en los alrededores mecanismos de caza para atrapar a los pájaros.
Legislación europea
Sobre la permisividad a la hora de cazar a los fringílidos, la asociación lamenta que en nuestra ciudad se pueda llevar a cabo, mientras que en la normativa marcada por la Comisión Europea está establecido que no se puede atrapar a estas especies. De hecho, Guelaya apunta que el “colectivo silvestrista” puso “el grito en el cielo” cuando desde Bruselas se prohibió cazar a estas especies, por lo que se estableció una moratoria para varias regiones del país, entre ellas Melilla. La organización medioambientalista indica que las instituciones europeas podrían sancionar a España por “no comprender” el carácter temporal de la medida.
“Ciertamente es una tradición ver esas largas colas de jaulas de jilgueros medio desplumados que se debaten en un pequeño e insalubre espacio y cantan más por pena que por otra cosa”, critican desde Guelaya.