La afición melillense animó en todo momento, llevando a su equipo en volandas hacia la final.
Magnífica noche de básquet la vivida ayer en el Javier Imbroda. Los casi cuatro mil espectadores que abarrotaron las gradas del pabellón melillense vibraron como nunca en un partido de poder a poder; solventado en base al acierto de un excepcional Marcos Suka, del poderío en el rebote azulino y, como no, por el gran apoyo recibido por parte del público a lo largo del encuentro.
Las muestras de ánimo fueron constantes a lo largo del choque, y no solo por parte de la Peña Pitufilla (incondicionales como siempre), sino también provenientes de una afición entregada que quería demostrar que Melilla quiere, sueña y huele a ACB.
Ambiente único
A riesgo de parecer eufóricos, resulta difícil comparar un ambiente así en el Imbroda Ortiz, algo que desde el club desean que siga siendo la tónica en los próximos choques del equipo. Y es que, sin tiempo para celebrarlo, el viernes reciben en este mismo estadio al Peñas Huesca en la gran final de estos playoffs de ascenso.
El Leyma Coruña sintió esa presión del público, sin lugar a dudas, pues sus porcentajes de tiro bajaron con respecto a otros partidos de la eliminatoria.
Más aún en el cuarto período y en el úlltimo minuto, donde las muñecas coruñesas se atenazaron, dejando al Decano de la competición apuntarse la victoria.
Ahora, tan sólo queda un máximo de cinco encuentros (y un mínimo de tres) para llegar a la gloria, a la ACB; a esa competición tan deseada por una ciudad tan baloncestística como ésta. Enfrente, un rival difícil, el Peñas Huesca, revelación del año.