El Congreso de los Diputados votó el pasado martes a favor de una proposición no de ley presentada por el PSOE para que sea paralizado el calendario de implantación de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce).
El director provincial de Educación de Melilla, José Manuel Calzado, y los sindicatos de este sector han afirmado que esa votación en el Parlamento supone un brindis al sol. Según Calzado, porque “no se podrá aplicar nunca”. Para empezar, España cuenta desde el pasado diciembre con un Gobierno en funciones, y no será hasta que se haya formado un nuevo Ejecutivo cuando se decida qué hacer con la aplicación de la Lomce.
El director provincial de Educación subrayó que existe la posibilidad de que las Cortes salidas de las pasadas elecciones generales del 20-D se disuelvan, ante las dificultades que están encontrando los partidos más votados para alcanzar un pacto de gobierno. De esta forma, la votación sobre la Lomce llevada a cabo el martes se quedaría en papel mojado, dado que las actuaciones de un Parlamento que se ha disuelto no pueden llegar a ser aprobadas.
La sección de Educación del sindicato CSI-F subrayó que una paralización de la aplicación de la Lomce supondría cambiar las asignaturas y los temas que se imparten en cada curso, lo que tendría repercusiones para el trabajo de los maestros.
Desde CCOO indicaron que no resulta sencillo paralizar el calendario de aplicación de la Lomce, a lo cual no ven “posibilidades reales”. No obstante, consideran positivo que haya una mayoría de partidos descontentos con esta norma educativa, mismo punto de vista que expresó el sindicato UGT.
En España, la Educación ha sido desde tiempos lejanos una asignatura pendiente. El motivo de esta afirmación radica en que cada vez que se produce un cambio de gobierno, el nuevo Ejecutivo impone su punto de vista y deroga la normativa aprobada bajo el mandato del anterior gobernante.
Nuestro país necesita de una vez por todas un pacto de Estado por la Educación. Esta es una materia sensible que jamás debería ser objeto de disputa entre las distintas formaciones que aspiran a gobernar nuestro país. Todos los partidos han de compartir unos principios básicos que aplicar a nuestros centros educativos y no es de recibo que en casi cuatro décadas de Democracia no se haya alcanzado ese pacto tan necesario para el futuro de nuestros hijos.
Pero hay otra exigencia para conseguir ese pacto de Estado, y ésa es la formación de una vez por todas del Gobierno de la Nación. Tres meses con un Ejecutivo en funciones son demasiados. Y el país no puede permitirse más tiempo de espera.