La Guardia Civil ha vuelto a localizar e interceptar en tan sólo 24 horas a otros dos vehículos de las mafias que trafican con seres humanos. Ambos casos se han producido en la aduana de Beni-Enzar, con el resultado de tres personas detenidas y otras cuatro sacadas del interior de los coches.
El primer caso sucedió el pasado viernes, al inspeccionar un vehículo que en esos momentos accedía a Melilla procedente de Marruecos, según indicó ayer la Benemérita en una nota de prensa.
Los dobles fondos construidos iban bajo el asiento trasero, donde se ubica el depósito de combustible, que había sido removido y en su lugar se encontraban un hombre y una mujer. Al salir del habitáculo presentaban síntomas de respiración agitada, agotamiento y crisis de ansiedad, de los que se restablecieron tras recibir primeros auxilios.
En la zona del salpicadero se localizó otro doble fondo y, en su interior, a un varón que se quejaba de fuertes dolores en una pierna, lo que motivó su traslado a Urgencias para ser atendido. Su estado es bueno.
El conductor, un ciudadano de nacionalidad marroquí de 20 años, natural y vecino de Melilla, que pasó el sábado a disposición judicial como supuesto autor de un delito contra los ciudadanos extranjeros y falsedad documental, al aportar el vehículo placas falsificadas, ingresó en prisión.
Las personas auxiliadas, de origen subsahariano pero indocumentadas, afirmaban proceder de Guinea y tener 19 y 20 años (los varones) y 21 (la mujer).Segundo vehículo
El segundo caso tuvo lugar el sábado al inspeccionar un vehículo ocupado por dos personas. El doble fondo estaba construido tras la guantera, donde se palpó un bulto que podía corresponderse con una persona. Se arrancó el salpicadero y, al liberarla, resultó ser una mujer que presentaba sudoración extrema, respiración agitada, entumecimiento en las articulaciones y desorientación. Recibió primeros auxilios pero no necesitó asistencia médica.
No portaba documentación, pero también decía proceder de Guinea y tener 20 años.
Los dos ocupantes del vehículo, varones, pasaron ayer a disposición judicial como supuestos autores de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Se trata de un ciudadano de nacionalidad española, de 65 años, y uno marroquí, de 45, ambos con residencia en Almería.