La sociedad avanza gracias a la ciencia y la tecnología. Son estas disciplinas las que han conseguido que la humanidad haya alcanzado a lo largo de los siglos el nivel de desarrollo que disfruta en los tiempos recientes.
No obstante, hay otro aspecto sin el cual una comunidad difícilmente puede avanzar y ése es el de la obra social. Tanto la ciencia como la tecnología requieren un importante apoyo económico para seguir contribuyendo al progreso de la civilización, de ahí lo esencial de tener abiertas las fuentes de financiación adecuadas.
Y en este campo desempeña un papel fundamental la Obra Social La Caixa. La entidad bancaria, que destina un alto importe de su presupuesto a estos fines, abrió ayer en la Plaza de las Culturas una carpa portátil en la que acoge la muestra ‘Tecnorrevolución’. Esta exposición, que permanecerá abierta al público hasta el próximo 10 de enero, constituirá una forma de entretenimiento y aprendizaje para los melillenses durante las fechas navideñas.
‘Tecnorrevolución’ es una muestra interactiva en la que se pretende dar a conocer lo que sus organizadores llaman las “tecnologías convergentes”: nanotecnología, biotecnología, tecnologías de la información y ciencias cognitivas.
Pantallas táctiles, robots, máquinas que miden el estado de relajación, mesas de mezclas con posibilidades de conjuntar multitud de melodías y otros avances tecnológicos figuran entre los impactantes dispositivos exhibidos en la muestra.
Pero Obra Social La Caixa llega mucho más lejos, especialmente en nuestra ciudad. El director de Negocios de La Caixa para Málaga y Melilla, Antonio Martínez, subrayó que durante el año pasado la entidad destinó unos 300.000 euros a fines sociales.
Entre ellos, aparte de la apuesta por la tecnología, se incluyen otras actividades esenciales para que la sociedad siga avanzando.
La ayuda a las personas mayores es una de ellas, lo que en Melilla se lleva a cabo mediante sendos convenios con el Imserso y la Ciudad Autónoma.
Los programas Incorpora y Reincorpora han permitido que decenas de melillenses hayan encontrado empleo. Y a través de Educaixa se ha dado atención a 1.700 niños de colegios de la ciudad.
El futuro de la sociedad depende de la ciencia y la tecnología, pero sin duda también de los mecenas que contribuyen a que vivamos en un mundo mejor.