La Comandancia General de Melilla, Comgemel, organizó anoche un concierto en el Salón Dorado del Palacio de la Asamblea en homenaje a las patronas los cuerpos de Artillería, Infantería y Aire, Santa Bárbara, Inmaculada y Virgen del Loreto, respectivamente, que en estas fechas se conmemora su día.
El acto, presidido por el comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, contó con el respaldo de muchos melillenses, que llenaron por completo el aforo. La primera, Santa Bárbara, lo es de los artilleros, prácticamente desde el nacimiento de la artillería medieval. Se tienen datos de la devoción a la virgen desde 1248, aunque los artilleros europeos se tomaron a Santa Bárbara como su patrona en 1431, según recogen documentos oficiales. El patronazgo entre el cuerpo de Infantería y la Innmaculada Concepción es más reciente a esa fecha. Exactamente los días 7 y 8 de diciembre de 1585, durante la batalla de Empel (también llamada Milagro de Empel). Según los datos históricos, el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla, compuesto por unos 5.000 hombres, combatía en la isla de Bommel con una escuadra de los países bajos capitaneada por el almirante Filips van Hohenlohe-Neuenstein. Sitiados, sin víveres ni ropa seca, los españoles estaban a punto de ser derrotados cuando un soldado del Tercio encontró un retablo con la imagen de la virgen mientras cavaba para una trinchera. Esa noche, un viento frío heló las aguas del río Mosa y los españoles, atacando por sorpresa al enemigo obtuvieron la victoria. Desde entonces, Infantería tiene como patrona a la Inmaculada Concepción. Por último, el patronazgo de la Virgen de Loreto al Ejército de Aire se produce el 7 de diciembre de 1920, cuando Alfonso XIII, previa información y petición del provicario general castrense, estableció su patronato para el Servicio de Aeronáutica Militar. La Virgen de Loreto está vinculada al traslado milagroso (por unos ángeles) de la casa donde nació la madre de Jesucristo de Nazaret hasta Croacia. Luego fue nuevamente trasladada por los ángeles a la ribera opuesta del Adriático, a Italia, y más tarde, a otro lugar, sin bosque de laureles a la vista, del municipio llamado Loreto en la actualidad.