Juan Manuel Coronil mató a la joven marroquí Zinab Manae en octubre de 2013 El instructor del caso le deniega la libertad condicional tras dos años en prisión preventiva El juicio se celebrará “en uno o dos meses”.
El juez que instruye el caso de la muerte violenta de la joven marroquí Zinab Manae, cuyo cadáver fue encontrado el 31 de octubre de 2013 en la carretera de La Purísima, acordó ayer prorrogar la prisión provisional para Juan Manuel Coronil, el autor confeso del crimen.
El acusado ya ha cumplido dos años de cárcel sin que se haya celebrado juicio, lo que motivó que su abogado defensor solicitara en una vista ante el juez instructor la liberación de su cliente. Sin embargo, el responsable de la instrucción del caso decidió prolongar su permanencia en la cárcel a instancias de la acusación particular y el Ministerio Fiscal.
Los abogados de ambas partes confirmaron a El Faro la prórroga de la prisión dictada por el juez en su auto, decisión sobre la que la defensa manifestó su voluntad de recurrirla.
La defensa recurrirá
“Voy a recurrir el auto porque no hay riesgo de fuga y porque ya ha cumplido la pena que le correspondería en caso de ser condenado por homicidio involuntario”, afirmó el abogado defensor.
El homicidio imprudente está castigado en el Código Penal con prisión de uno a cuatro años, según la gravedad del caso.
Aunque el juez todavía no ha emitido un escrito de acusación, en el auto se indica que el delito cometido puede ser un homicidio o un asesinato. Este dato es importante porque según de cuál de ellos se trate, la pena será mayor.
El asesinato exige que el autor del crimen lo haya cometido con la firme intención de matar a su víctima. El homicidio, en cambio, no implica que el acusado haya planeado el crimen con premeditación. Por ello, el Código Penal establece penas más altas para los casos de asesinato.
El abogado defensor considera que su cliente ha cometido un homicidio involuntario, puesto que, según su versión, la víctima cayó hacia atrás tras el forcejeo que siguió a una discusión entre ambos, con lo que se fracturó el cráneo. Según sus conclusiones, su cliente no tuvo “ánimo de matar”.
El abogado de la acusación particular, en cambio, considera que el autor del crimen actuó con dolo, es decir, obró a sabiendas de que estaba cometiendo un delito, por lo que solicitará al juez que califique los hechos como un homicidio sin circunstancias atenuantes.
Los hechos sucedieron el 28 de octubre de 2013, cuando Juan Manuel Coronil solicitó los servicios de Zinab Manae, que ejercía como prostituta. Tras haber mantenido relaciones sexuales consentidas, una discusión acerca del precio del servicio derivó en una pelea entre ambos que finalizó con la muerte de la joven tras sufrir una fractura en la cabeza.
La defensa considera que el fallecimiento se debió a un golpe fortuito al caer, pero la acusación particular y el Ministerio Fiscal estiman que Zinab Manae recibió un golpe por parte de su agresor.
Para ocultar lo ocurrido, Juan Manuel Coronil decidió trasladar el cadáver desde el lugar del crimen (un garaje de su propiedad) a otro emplazamiento. El lugar elegido fue la carretera de La Purísima, donde abandonó el cuerpo oculto en una bolsa de grandes dimensiones, la que cubrió con varios cartones con la intención de dificultar su hallazgo.
Tres días después, el cadáver fue encontrado por un menor acogido en el centro de La Purísima. La Guardia Civil asumió la investigación del asunto y, tras localizar a Juan Manuel Coronil, a quien seguía la pista tras haber realizado una prueba de huellas dactilares en el embalaje que ocultaba la bolsa con el cadáver, procedió a su detención el 8 de noviembre de 2013.
Los abogados de ambas partes manifestaron ayer que la instrucción del juicio finalizará cuando se practique la última de las pruebas periciales, consistente en un informe psiquiátrico del detenido.
El abogado de la acusación particular indicó a El Faro que el juicio se celebrará probablemente “en uno o dos meses”, después de que el juez emita el escrito de acusación contra Coronil.
Un crimen que conmocionó a los melillenses
En el otoño de 2013, la muerte violenta de Zinab Manae causó gran conmoción entre la sociedad melillense, dadas las circunstancias que llevaron a su fallecimiento. Tras el crimen, ocurrido el 28 de octubre de ese año, el autor, Juan Manuel Coronil, intentó ocultar su acción trasladando el cadáver de Zinab Manae a un descampado. El lugar elegido por el autor confeso de este delito se ubica en la carretera de La Purísima, donde fue encontrado el cadáver por uno de los menas acogidos en el centro de menores cercano. El hallazgo tuvo lugar tres días después de los hechos.
El cuerpo se encontraba oculto en una bolsa de grandes dimensiones, que a su vez estaba cubierta por unos cartones. Esto último fue lo que facilitó la localización de Coronil por parte de la Guardia Civil, que había practicado pruebas de huellas dactilares en dichos cartones.
El autor del crimen, militar de profesión, era conocido en la ciudad a causa de su profesión, así como por su pasión por el deporte. Allegados suyos entrevistados entonces por El Faro mostraron “sorpresa” y “consternación” por el caso.
Ahora, dos años después de los hechos, la familia de Zinab Manae espera que se haga justicia. De momento, han conseguido que el juez no conceda la libertad condicional a Coronil.
La defensa niega que sea un caso de violencia de género
El abogado defensor de Juan Manuel Coronil afirmó ayer en declaraciones a El Faro que el crimen cometido por su cliente no constituye un caso de violencia de género. El letrado basa su afirmación en que para que se dé esta circunstancia, que agravaría la pena a aplicar ha de haber algún “vínculo” sentimental entre el agresor y la víctima. En este caso, no lo había, de acuerdo con su afirmación.
“Hasta la familia de ella (por Zinab Manae) reconoce que era prostituta”, manifestó el letrado de la defensa.
Por otra parte, la acusación particular manifestó que en cuanto finalice la instrucción del caso, solicitará al juez instructor una sentencia condenatoria por homicidio doloso, en contraposición al homicidio imprudente que solicitará la defensa.
Tras estudiar todas las pruebas periciales, el juez instructor emitirá un escrito de acusación que trasladará a las partes y llegará la celebración del juicio.