Las autoridades de la ciudad también visitaron las sepulturas de las víctimas de los accidentes de avión, depósito de agua y el polvorín
Es una tradición, pero también un deber. Así lo aseguró ayer el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, que destacó la importancia de homenajear a los héroes y a los personajes ilustres de Melilla visitando sus sepulturas y realizando una ofrenda de flores en el Día de los Fieles Difuntos. Alcaldes, hombres que murieron por defender España y personas del ámbito cultural fueron algunas de las escogidas para resaltar que Melilla no olvida a los que con esfuerzo y sacrificio trabajaron en esta ciudad.
Imbroda aseveró que este acto es muy emotivo para toda la Asamblea y muestra de ello es que gran parte de los diputados y miembros del Gobierno local estuvieron en este reconocimiento. También acompañaron a los políticos el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y el comandante general, Fernando Díaz de Otazu.
Los héroes e ilustres
“Venimos a honrar a los melillenses ilustres que ya no están con nosotros”, destacó el presidente de la Ciudad que resaltó el caso del presidente de la Junta de Arbitrios de 1928 al 1931, Cándido Lobera Girela o el del concejal José Imbroda Domínguez, que ocupó este cargo de 1979 a 1983.
También hizo hincapié Imbroda en los héroes que descansan en el cementerio de la Purísima, como los militares que hay en diferentes panteones o el caso de Francisco Gil, un melillense que se ahogó en 1982 cuando intentaba rescatar a varios bañistas, cuya familia esperaba a los pies de la sepultura para agradecer a los políticos este reconocimiento.
Recuerdo a las víctimas
Pero en este camino para rendir homenaje a los difuntos hubo varias ofrendas a víctimas de accidentes ocurridos en la ciudad. Éste es el caso de la corona que todos los años se deposita en el monumento de homenaje a los fallecidos en la explosión del polvorín de 1928. También se recordó a las personas que perdieron la vida en el accidente aéreo de 1998 y a las que fueron arroyadas por el agua al romperse el depósito en 1997.
Además, se recordó a las figuras del concejal Pedro Ubieto (1987-1991), del alcalde Antonio Diez Martín (1931-1936) y al actor César Jiménez, en cuya sepultura estaba su hermano Amalio que agradeció la visita de las autoridades.
También tuvieron palabras de consuelo los familiares de José Romero, un hombre que falleció en un accidente laboral en 1978, y que fue homenajeado por la Asamblea con una corona de flores.
Asimismo, el guardia civil Antonio Molina, que falleció en 2002 en un atentado terrorista, fue recordado con un ramo de flores.
Imbroda reconoció que las trece coronas que depositaron ayer los miembros del Gobierno local, diputados y otras autoridades son sólo una muestra de los personajes ilustres que hay enterrados en este cementerio y cuyo trabajo sirvió para construir la Melilla actual.