Vicente y Mari Nieves, vecinos de Averroes, piden a la Ciudad que visite casa por casa para evaluar los desperfectos del derrumbe
Han estado todo el verano sin acercarse a la ventana, sintiendo pánico cada vez que intentaban abrirla para ventilar la casa y sin poder encender el aire acondicionado. Nadie les quita el miedo del cuerpo. Vicente y Mari Nieves estaban sentados en su sofá cuando el 24 de junio sintieron que el suelo se derrumbaba bajo sus pies. La fachada de Averroes se vino abajo y pensaron que el resto del edificio también. Afortunadamente no paso nada más. Pero sus vidas han cambiado mucho aquel día.
Ayer conocieron por El Faro que Emvismesa ya va a vallar la zona y comenzarán a redactar el proyecto para la rehabilitación del edificio. “¿Por qué han tardado tanto. El daño psicológico no se puede cuantificar”, afirma.
Vicente explica que no comprende por qué tiene que redactar él un escrito con los daños que tiene su vivienda. Asegura que lo lógico es que un técnico especializado de la Ciudad y un educador o trabajador social pasen por cada una de las casas afectadas y vean ellos mismos los desperfectos que provocó el derrumbe.
Destacó que el técnico podrá anotar que no funciona su aire acondicionado, que las lámparas del salón y de la habitación deben cambiarse y que las cortinas están tan llenas de polvo y suciedad que es mejor desecharlas en cuanto se puedan quitar. Resaltó que es la forma de que nadie se aproveche de las circunstancias.
Pero también pide a la Ciudad que un trabajador social vea cómo están viviendo los vecinos afectados. Aseveró que hay mucho más que daños físicos en sus hogares porque no hay forma de sacudirse el miedo. Es más, se cuestiona si algún día se podrá cuantificar ese terror a vivir en tu propio hogar.
“Fue una situación horrible”
En alguna ocasión, Vicente y su familia han sentido que estaban en una cárcel en lugar de en su casa debido al apuntalado que hay en su salón. “Fue una situación horrible y parece que los culpables somos nosotros”, añadió.
Vicente se siente defraudado por la Administración. Cree que han tardado demasiado en dar una pequeña solución al problema de decenas de familias que están en Averroes. Su hogar está protegido por una especie de malla que se supone que aislaba del calor y no lo hizo y que evitará que pasen frío en su hogar. Le gustaría no tener que comprobar eso porque eso significaría que su edificio está arreglado y que ya tiene una nueva fachada.