Afirman que, entre la crisis y las licencias que se conceden a las tiendas de barrio, apenas tienen clientes en sus puestos
La crisis en el Mercado de Abastos de El Real empezó hace algunos años. Comerciantes de este gran edificio dicen que se sienten abandonados por la sociedad y por los gobernantes. Afirman que se arreglan los desperfectos del mercado, pero no se organizan actividades para dar vida a un lugar que debería ser bullicioso por naturaleza. Quedan muy pocas tiendas abiertas y no hay clientes. Por ello, esperan como agua de mayo un cambio en el mercado.
Abdelkader Abderraman es carnicero desde años en este lugar. Dice que cada día que pasa la cosa va a peor. Desde hace años el número de personas que compra en el mercado no ha parado de bajar. Explicó a El Faro que hay pescaderías, carnicerías y fruterías en todos los barrios y eso hace que pocos ciudadanos visiten su puesto.
Aseveró que la única forma de salvar al mercado de abastos es introduciendo nuevos puestos en el interior, como por ejemplo,ropa. Se pregunta si los bares de tapas o las cafeterías también ayudarían a que los melillenses se animen a ir a este lugar no sólo por la mañana, sino también por la tarde y de esta forma, adaptar todos los horarios para atender al público.
Pero a la vez es crítico con las instalaciones. El mercado está viejo, tiene goteras importantes en el techo y cuando hay baldosas sueltas, ponen otras sin mirar si queda bien o no estéticamente.
Ourache Abderraman, su hermano, también está en el mercado como carnicero en un pasillo donde sólo su puesto está abierto. Destacó que sigue al frente de este negocio porque le quedan pocos años para jubilarse. Recuerda cuando este edificio era un hervidero de gente y ayer, que fue sábado, apenas había clientes en las pescaderías. “Una buena solución sería meter otro tipo de tiendas”, asevera.
Una reforma es vital
Faisal Mohamed es frutero. No comprende por qué nadie acude al mercado cuando hay productos de muy buena calidad a un coste muy económico. Si llegaran nuevos negocios, como ferreterías, tiendas de regalos y juguetes, ropa y calzado a este edificio, “se podría salir adelante”.
Explica que organizar actividades para niños y jóvenes sería otra forma de dar a conocer el lugar y de dar vida al mercado.
Para Hussein Hussein, pescadero, la creación de nuevas tiendas es de vital importancia para mantener este espacio dedicado al comercio abierto. Gana lo justo para cubrir gastos del negocio y de su hogar, pero no consigue ahorrar ni un euro porque no tiene grandes beneficios por la falta de clientes.
Señala que se podrían ofrecer los puestos que están cerrados, que es la mayoría del mercado, a parados para que abran tiendas y así se puedan ayudar unos a otros a atraer clientes.