La Fundación Anar dirige un proyecto con el que 17 escolares promueven la convivencia l Para el resto de estudiantes no son chivatos, sino mediadores
Cuando los trabajadores de la Fundación Anar llegaron al centro preguntaron a un grupo de alumnos voluntarios qué debe tener un estudiante para que sea ‘guay’ para el resto. Ellos respondieron que en el caso de los chicos debe ser un ‘malote’ y en el de las chicas, pelearse con otras alumnas. Además, deben ir a la moda y tener la última tecnología en sus móviles. Pero estos ‘modelos’ de estudiantes más populares no logra que mejore la convivencia en el centro. Así lo aseguraron los chicos que participaron en el proyecto ‘Buentrato’ que la Fundación Anar dirigió en el IES Rusadir. Los representantes de la ONG consiguieron a través de varias actividades convertir a los mediadores, una figura que se veía como los chivatos o vigilantes de los profesores en los recreos, a ser modelos de conducta para los estudiantes más jóvenes.
El programa ‘Buentrato’ forma a los escolares y les da herramientas para que ellos mismos creen espacios de convivencia en los centros educativos. Desde la Fundación Anar aseveran que no sirve de mucho que psicólogos u otros expertos parezcan por las clases dando charlas sobre acoso escolar o respeto. Lo que verdaderamente está ayudando es a que los propios alumnos muestren a otros formas de resolver conflictos sin llegar a pelearse.
El IES Rusadir ya contaba, antes de que en febrero apareciera la Fundación Anar, con un grupo de voluntarios que vigilaban en los recreos e intentaban mediar entre los alumnos que se iban a pelear. Sin embargo, este proyecto de la ONG ha mejorado la imagen que se tenía de esos estudiantes mediadores. Para muchos eran los ayudantes de los profesores y tras las actividades de la Fundación, ven a los mediadores como gente de su edad que les puede echar una mano.
Además, para evitar que se les vea como a unos chivatos, los mediadores del Rusadir van en grupo cuando tienen que abordar un tema con los maestros, por ejemplo, el acoso escolar que está recibiendo un estudiante por parte de sus propios compañeros.
Pero, ¿cómo se han quitado el ‘sambenito’ de vigilantes de los profesores? La Fundación Anar formó a los 17 jóvenes voluntarios que participaron en el proyecto y les dieron una serie de pautas para que hicieran sus propias charlas a alumnos de menos edad. La ONG explica que los estudiantes de primero de la ESO llegan a los institutos muy perdidos y sin saber cuál es su sitio en estos centros. Ven a los mayores fumando, peleando entre ellos y saltándose las clases. Por ello, era importante encontrar en el propio instituto a otros alumnos que tienen buen comportamiento y que pueden ser un mejor modelo para esos escolares.
Los mediadores del Rusadir fueron a las clases de primero de la ESO para mostrar a los estudiantes más pequeños que no tienen por qué seguir las modas y que si necesitan ayuda pueden contar con ellos. Esto cambió la visión de los alumnos frente a este grupo de mediadores. Además, se convirtieron en el modelo real de convivencia en el que los estudiantes que acaban de llegar al centro se puede reflejar.
Por otro lado, los coordinadores de la Fundación Anar señalaron que les sorprendió mucho la cercanía, la amabilidad y el respeto que los alumnos de Melilla tienen a los adultos. También destacaron que son muy agradecidos respecto a otros grupos de alumnos con los que trabajan en la península.
Asimismo, indicaron que el recreo hay grupos separados según la cultura o religión de los estudiantes, pero afirmaron que no hay conflictos por estos dos temas entre los alumnos.