Esta estructura metálica, instalada la pasada semana, no disuade a los menores, que continúan poniéndose en riesgo para descender el acantilado en su camino a la escollera.
Ya sea en solitario o en grupo, los menores extranjeros no acompañados (menas) continúan utilizando el lateral del faro en Melilla La Vieja para acceder a las escolleras del puerto y de ahí intentar colarse en un barco que les lleve a la península. La verja que se colocó la pasada semana, a modo disuasorio, en el lateral del faro ha resultado ineficaz a la luz de las imágenes que publica hoy El Faro en las que se observa cómo los menores sortean este vallado sin dificultad. Pero, eso sí, el riesgo para su integridad física sigue siendo el mismo o incluso ahora mayor con este nuevo obstáculo, pues pueden resbalar o dar un traspié que les precipite sin remedio al fondo del acantilado.
Hace tres semanas El Faro publicó un amplio reportaje en el que se informaba de que, tras la instalación de una garita de la Guardia Civil en la cuesta de la Florentina, los menas habían encontrado otra vía de acceso a las instalaciones del puerto a través del lateral del faro en Melilla La Vieja. Para ello, debían sortear un pequeño muro, donde se colocó la verja, desplazarse por un peligroso alféizar de la pared lateral del faro con la espalda completamente pegada al muro para finalmente descolgarse hasta las rocas utilizando un cable que cuelga desde la parte superior de este edificio.
Además, como ya explicó El Faro, este cable no es un cable cualquiera. Se trata de la toma de tierra del pararrayos instalado en la parte superior del faro, por lo que es un cable de corriente eléctrica recubierto únicamente por un plástico.
Así, los menores conseguían descender hasta la cala de Trápana y bordear la muralla de Melilla La Vieja hasta llegar a la denominada Boca del León, desde donde acceder a las escolleras del puerto, lugar habitual en el que los menas e inmigrantes aguardan su oportunidad de acceder a uno de los buques que conectan Melilla con la península.
Instalación de la verja
Dos semanas después de la publicación en El Faro de la información sobre esta nueva y peligrosa vía de acceso que habían encontrado los menores para conseguir su objetivo, varios operarios instalaron la semana pasada en ese lateral del faro una estructura metálica que, supuestamente, impediría que los menas continuaran utilizando esta vía de acceso. Pero, como se preveía, no ha sido así.
En las imágenes obtenidas ayer por este diario, se puede observar que los menores siguen utilizando el lateral del faro para acceder a las instalaciones portuarias con un plus de peligrosidad para su integridad física.
La verja instalada es sorteada con facilidad por los menas, quienes se ayudan entre ellos para superar este obstáculo, aún a riesgo de que la propia estructura metálica pueda, en un momento dado, ceder, lo que provocaría que se precipitaran al vacío.
El cable de la toma de tierra del pararrayos continua siendo la herramienta principal con la que los menores suben y bajan por el acantilado.
La garita en la Florentina
La vía de acceso del faro comenzó a ser utilizada a raíz de la instalación en la cuesta de la Florentina de una garita de vigilancia de la Guardia Civil, la cual, no obstante, no ha estado exenta de polémica. Los menores e inmigrantes que intentan colarse como polizones en los buques que atracan en el puerto melillense ya no pueden acceder a estas instalaciones desde el paseo del espaldón del puerto. Este hecho hizo que, en las primeras semanas tras su instalación, esta garita y los guardias civiles destinados allí sufrieran varios ataques desde la parte superior de la muralla. En varias ocasiones, se lanzaron piedras y otros objetos contra la garita desde la parte superior con el peligro que eso entraña para los agentes allí destinados. Lógicamente, al ‘cerrarse’ para los menores e inmigrantes este acceso fácil al puerto, éstos acabaron buscando otra alternativa. La encontraron en el peligroso camino por el acantilado del faro.