CpM se mostró más crítico que nunca con la gestión del Gobierno melillense l PSOE y PPL acabaron la sesión con la mayor parte de sus preguntas sin responder.
Los partidos de Melilla ya se encuentran inmersos en plena precampaña electoral, por si a alguien le quedaba alguna duda. Así quedó demostrado en el Pleno de Control de ayer, el último de la legislatura, en el que los grupos de la Asamblea local mantuvieron un debate que destacó más por su tono duro que por los temas que se trataron. El ejemplo más claro fue el de Coalición por Melilla (CpM), mucho más crítico con el Grupo Popular que en otras sesiones plenarias.
Los cepemistas no hicieron gala del buen nivel de entendimiento que han mantenido con los populares durante los últimos cuatro años, sino todo lo contrario. Mustafa Aberchán criticó con dureza algunos aspectos de la gestión del Ejecutivo melillense en temas que su formación política ha defendido a lo largo de la legislatura, como es el caso de la regularización de las viviendas de La Cañada. Como señaló en una de las interpelaciones, a su partido ya no le basta la “buena fe” del Gobierno local para solventar alguno de los problemas de nuestra ciudad.
De hecho, el líder cepemista elevó su tono de voz más de lo normal en algunos tramos del Pleno e incluso preguntó a Daniel Conesa “si no se le caía la cara de vergüenza” al ver como Getyr se embolsa anualmente 1,6 millones de euros, una dura crítica bastante ácida para Aberchán.
En cuanto al Grupo Socialista, fue el último Pleno de Control para sus dos diputados, Gregorio Escobar y Dionisio Muñoz, que no figuran en la lista de su partido para las elecciones locales por su imputación en el ‘Caso del Voto por Correo’. Ambos tuvieron una despedida amarga, intercambiando continuas pullas con los diputados populares y viendo cómo, cada vez que surgía la oportunidad, el PP sacaba a relucir la conocida ‘herencia socialista’, en temas como el contrato marítimo, el paro o la paralización del Hospital Universitario.
Los socialistas protagonizaron uno de los momentos más tensos del Pleno, que a punto estuvo de concluir con la expulsión de Escobar, que en ese instante acumulaba dos llamadas al orden por parte de Cristina Rivas.
Lío ‘reglamentario’
En el turno de preguntas, Dionisio Muñoz preguntó a la vicepresidenta de la Asamblea si podía hacer uso de su tiempo de intervención de la forma en la que él estimara oportuno. Rivas, extrañada, le espetó: “Usted empiece, que yo ya veré qué hago”.
Todo fue bien hasta que Escobar comenzó con una pregunta que versaba sobre la ‘Operación Ópera’. El socialista no se ciñó a leer la misma, improvisando algunas partes que no venían recogidas en el texto, algo que no gustó a Rivas, quien le pidió que se limitara a leer la pregunta.
El enfado del socialista fue mayúsculo y protestó airadamente ante la vicepresidenta de la Asamblea. Incluso Aberchán medió en la discusión, poniéndose del lado del PSOE y criticando la “nula imparcialidad” de Rivas a la hora de interpretar el Reglamento.
En pleno rifirrafe, la vicepresidenta señaló a Aberchán que no había escuchado una de sus declaraciones, a lo que el cepemista le aconsejó “que se limpiara los oídos”. Por su parte, Escobar se quedó al borde de la expulsión de la sesión plenaria.
En la siguiente pregunta, Muñoz continuó criticando la postura de Rivas. “¿Me va a expulsar siendo mi último Pleno?”, replicó el socialista.
PPL, por escrito
Poco participaron los diputados de PPL, y no por falta de ganas precisamente. Julio Liarte y Rosa Cuevas, que vivió ayer su último Pleno, acabaron la sesión sin que el Gobierno les respondiera ninguna pregunta, pues las cuatro que plantearon les serán contestadas por escrito. En este aspecto, hay que reseñar que el Ejecutivo decidió responder de este modo cuatro de las cinco preguntas del PSOE, así como cuatro de las quince de los cepemistas. La actitud del Grupo Popular no sentó nada bien a la oposición, cuyos dirigentes, una vez acabado el Pleno, criticaron duramente lo ocurrido.