El jefe de Gabinete de la Delegación despachó con los empresarios, que estaban citados a las 10:30 horas, en el hall del edificio y aplazó la reunión para el lunes
Los refranes son un fiel reflejo de la sabiduría popular, y al mismo tiempo un compendio de consejos de ‘la abuela’, que sabe que nos vamos a equivocar antes de que lo hagamos. El de “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, está claro que se le ocurrió a alguien cansado de ver esa costumbre tan anclada en nuestro país de pensar casi siempre, que en el futuro habrá un momento mejor para hacer eso que tan poco nos apetece en el presente. Lo peor es cuando esa dejadez no sólo nos afecta a nosotros mismos sino también a alguien más. Los comerciantes de la frontera tenían ayer una cita a las 10:30 en la Delegación del Gobierno. Tras más de un mes de protestas y escritos, los responsables de la Delegación por fin habían accedido a escuchar las demandas de estos empresarios. Se las prometían felices los miembros de Acsemel (Asociación de Comerciantes de Melilla) cuando puntuales, como no se suele ser en esta ciudad, llegaron al edificio.
Un grupo de ocho empresarios, encabezados por el presidente de la asociación, Abdeslam Mohamed, llegó a la Delegación con toda la documentación preparada para mostrársela al Gabinete, porque ya sabían que el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, tenía una agenda demasiado complicada para atenderles. En el hall de entrada del edificio esperaban pacientes, acompañados por un grupo de periodistas interesados por conocer el resultado de las conversaciones entre los responsables gubernamentales y los comerciantes. Unos minutos después de la hora de la cita apareció en el hall el jefe de Gabinete, Francisco Avanzini, que un primer momento se mostró sorprendido por la presencia de la prensa, aunque más tarde dio la sensación de que tampoco tenía muy claro de qué había que hablar con los empresarios.
Allí mismo, en el lugar por el que cualquier ciudadano pasa para hacer consultas o gestiones, despachó Avanzini, acompañado por la jefa de prensa, con el grupo de comerciantes, que no parecían entender muy bien lo que estaba sucediendo. “Nosotros lo único que queremos es que la frontera sea más fluida”, apuntaban los empresarios, que le dieron al jefe de Gabinete una copia del documento con sus reivindicaciones, mostrando su sorpresa a viva voz por que después de un mes esperando para reunirse y de haber remitido ese documento a la Delegación, las personas que supuestamente iban a recibirlos no tuvieran una copia del mismo.
La situación era, cuando menos, rocambolescas. Varios minutos de conversacione, sin mucho sentido, hasta que Avanzini pregunta a los empresarios si la semana que viene tendrá un hueco para reunirse, sin explicar muy bien por qué el encuentro no se producía ayer mismo, fecha para la que estaban citados. “Nosotros estamos libres cuando ustedes quieran”, recalcaron los comerciantes que, a pesar del ‘plantón’, se mantuvieron serenos en todo momento.
Demasiadas personas
A la salida del edificio, del que salieron, volviendo a hacer uso del refranero popular, ‘compuestos y sin novio’, los empresarios explicaron en declaraciones a la prensa que los responsables de la Delegación les dijeron que esperaban reunirse con tres personas, no con un grupo tan grande. Los comerciantes replicaron entonces que allí había representantes de todos los sectores y que todos tenían que estar en el encuentro. Ante esta postura, desde la Delegación consideraron más oportuno retrasar la reunión para la próxima semana. La cita ha quedado fijada para el lunes a las 10:30 horas, para entonces seguro que ya hay preparada una sala para acoger a un número ‘tan elevado’ de personas.
El presidente de Acsemel apuntó que ellos preferirían que a la reunión acudieran también responsables de la Policía Nacional y la Guardia Civil, pero en cualquier caso dijo que si es Avanzini el que escucha sus reivindicaciones, ellos se darán por satisfechos.
La Delegación tiene ahora tres días por delante para preparar el encuentro con unos empresarios que aseguran que sus ganancias se han reducido a la mitad por la situación de la frontera. Para ellos un día más supondrá que sigan aumentando las pérdidas.