La petición que Caballas quiere que se discuta en el pleno en relación a que los ceutíes se pronuncien sobre si quieren o no ser comunidad autónoma abrirá en una sesión de la Asamblea un debate estéril,
porque el Ayuntamiento, como representante genuino de todos los ceutíes ya ha cumplido con el precepto establecido en la Disposición Transitoria Quinta de la Constitución, al menos en dos ocasiones, solicitando que nuestra ciudad pase a ser una comunidad. No es cuestión de analizar sobre si se trata de una moción puramente electoral o no, porque, al fin y a la postre, cada formación política tiene el derecho de presentar cuantas acciones públicas desee y en el instante que mejor lo estime oportuno. Cosa bien distinta, dejando a un lado, el propio procedimiento, que ha quedado claro es una repetición innecesaria, lo que tendríamos que preguntarnos es si resulta necesario a estas alturas este planteamiento, cuando a buen seguro, las preocupaciones de los ceutíes van por otro camino. Hace ya muchos años que el tema autonómico quedó aparcado para la mayor parte de los habitantes de esta tierra, porque se ha podido comprobar que el encaje de Ceuta en la España de las autonomías es idéntico al que existe para las restantes autonomías. Ceuta está presente en todos esos foros y además el estatuto de Ciudad Autónoma, que se ha ido desarrollando desde su aprobación como Ley Orgánica en el año 95 y que está a punto de cumplir sus primeros veinte años de vida, ha permitido que Ceuta haya dado un salto de calidad importante por todas las derivaciones que ha traído el contar con un soporte legal estatutario.