La celebración del Día sin Coche pasó bastante desapercibida en Melilla. El volumen de vehículos circulando fue muy similar al de cualquier otra jornada y si hubo alguna disminución, ésta fue inapreciable.
No cundió el ejemplo del presidente Juan José Imbroda, que ayer se desplazó andando al Palacio de la Asamblea en compañía del consejero de Fomento, Miguel Marín, y de la diputada popular Francisca Conde. Se les unió más tarde en el trayecto el consejero de Seguridad Ciudadana, Javier Calderón. Precisamente éste último es quien ha decidido volver a cerrar al tráfico la Avenida Juan Carlos I Rey. El corte tendrá lugar esta tarde y será el acto central de la Semana de la Movilidad.
La anterior vez que se puso en marcha una iniciativa similar, la respuesta del público fue más bien escasa. Fue tan poca la acogida y el entusiasmo entre la ciudadanía como el que despertó entre los comerciantes y los hosteleros. En esta ocasión, se ha buscado atraer al público con un variado programa de actividades. Quizá en esta ocasión la respuesta sea otra. Tal vez, si todo discurre como prevé el consejero de Seguridad Ciudadana, la participación ciudadana sea mayor. En cualquier caso continua faltando algo para que éste tipo de iniciativas consiga el fin para el que son diseñadas, que no es otro que la concienciación ciudadana.
Ni ayer, con el Día sin Coche ni hoy, al margen del resultado del corte al tráfico de la Avenida, parece que vaya calando entre los melillenses la idea de que hay que empezar a abandonar el automóvil para hacer Melilla más habitable. Mientras los ciudadanos no veamos las ventajas de disfrutar de unas calles recuperadas para los peatones, mientras no nos hagan ver el aspecto que puede llegar a tener nuestra ciudad si optamos por dejar aparcados nuestros vehículos, mientras no nos demuestren las ventajas de realizar muchos de nuestros desplazamientos andando y lo absurdo de abusar del coche... mientras todo esto no se produzca, los melillenses continuaremos desplazándonos mayoritariamente en nuestros automóviles privados.
Hay muchos motivos para acudir al lugar del trabajo andando, como hicieron ayer el presidente Imbroda y sus acompañantes, pero es necesario trasmitírselo a la ciudadanía. Un buen primer paso sería que nuestros representantes públicos continuaran con la iniciativa de evitar el coche y animaran al resto a seguir su ejemplo.
De no ser así, seguiremos en el absurdo de continuar aumentando el uso que hacemos de nuestros vehículos. Los utilizamos un 50% más que hace 20 años, según un estudio de Ecologistas en Acción. El dato anima por sí solo a la reflexión; el primer paso para que la ciudadanía tome conciencia de hacia donde nos dirigimos y empiece a pensar que quizá sea mejor hacerlo andando.