Unos 260 comerciantes de la frontera cerraron ayer sus negocios a cal y canto en señal de protesta por los problemas que tienen a diario con el tráfico de mercancías en el paso de Beni Enzar.
El problema no es nuevo. Las primeras voces de alarma saltaron en octubre del año pasado, cuando la Delegación del Gobierno decidió desviar todo el comercio atípico hacia Barrio Chino.
La medida, que en principio buscaba concentrar a los porteadores en un solo paso fronterizo, no dio resultado. Los comerciantes veían cómo mermaban sus ingresos y se echaron a la calle.
Finalmente, la Delegación del Gobierno dio marcha atrás, pero la situación no mejoró del todo. Desde entonces, los empresarios que tienen sus tiendas al por mayor en la zona de la frontera se quejan intermitentemente de controles exhaustivos y obstáculos al tráfico de mercancías.
A inicios de este verano la Delegación del Gobierno, teniendo en cuenta que las obras de la frontera de Beni Enzar no iban a estar terminadas para el inicio de la Operación Paso del Estrecho como tenía previsto, decidió suspender el tráfico de mercancías los sábados hasta el final del OPE.
Y ayer los comerciantes de la frontera reclamaron la derogación de esta medida. También exigieron que el principal paso fronterizo permanezca abierto a diario para el comercio atípico hasta las 22:00 horas; que haya fluidez en el tráfico de mercancías y que no se impida entrar en Melilla a las personas que necesitan hacerlo varias veces al día porque viven de comprar en la ciudad y vender en Marruecos.
Desde la Delegación del Gobierno y la asociación de comerciantes Acome tienen claro y así se lo han explicado a los empresarios de la frontera, que el problema no está en Melilla sino en Marruecos.
Si las autoridades aduaneras del país vecino sólo permiten que pasen por Beni Enzar productos de alimentación, España no puede dejar que los porteadores lleven otro tipo de artículos porque cuando se los intenten decomisar en Marruecos, echarían a correr hacia Melilla para salvar la mercancía y provocarían el caos en la frontera.
La solución a este problema está en manos de Marruecos y tanto los comerciantes de la frontera como las autoridades locales se encuentran en un callejón sin salida.
Hay puntos que se pueden mejorar, como el de restablecer el tráfico de mercancías los sábados, en cuanto termine la OPE el 15 de este mes, pero hay otros que no tienen solución, de momento.
Existe buena sintonía con Marruecos, pero desgraciadamente ésas buenas relaciones no se notan en la frontera. España sigue haciendo el trabajo sucio a la hora de echar para atrás la mercancía que la aduana marroquí no quiere.