El paso fronterizo de Beni Enzar volvió ayer a cerrarse ante la alerta de una posible avalancha de inmigrantes. Poco antes de las diez de la mañana las fuerzas de seguridad marroquíes se ponían en contacto con la Policía española para dar la voz de aviso.
Un “gran grupo” de personas “descontroladas”, según indicó ayer la Delegación del Gobierno, se estaba acercando al paso. Ante el aviso marroquí, la Policía decidió cerrar las puertas de Beni Enzar al tráfico y a los peatones. El grupo de inmigrantes no llegó ni siquiera a acercarse al control marroquí.
No está del todo claro si los inmigrantes era sirios o subsaharianos. Desde la Delegación del Gobierno no quisieron aportar esta información. No obstante, tanto UFP (Unión Federal de Policías) como SUP (Sindicato Unificado de Policías) dijeron en declaraciones a El Faro que todo apuntaba a que el grupo era mixto, compuesto por subsaharianos y sirios, algo poco habitual. El responsable de UFP, José Guerrero Cámara, afirmó que la intención de estas personas es tratar de entrar a nuestra ciudad sea como sea y dijo que ellos saben que cuanto más numeroso sea el grupo, más fácil lo tienen para pasar, por lo que no les extraña que hayan decidido unirse para ofrecer más resistencia.
Guerrero también señaló que, como sucedió ayer, en las últimas semanas las Fuerzas de Seguridad marroquíes están avisando a las españolas cuando se produce algún acercamiento, para intentar evitar que se produzcan entradas.
Desde el SUP afirmaron que las autoridades policiales del país vecino también desplegaron un dispositivo especial para controlar un posible intento de entrada masiva por el puesto fronterizo de Beni Enzar.
No obstante, la Delegación aseguró que el grupo ni siquiera llegó al puesto marroquí y aseguró que los agentes españoles no pudieron ver a los inmigrantes en ningún momento. Beni Enzar permaneció cerrado durante algo más de una hora. Alrededor de las 11:00 horas se comenzó a dejar pasar a los peatones y minutos más tarde también se reestableció el tráfico de vehículos y la frontera regresó a la normalidad.
No es la primera vez que se produce un cierre preventivo de este paso fronterizo. No obstante, las razones de estos cierres no son siempre las mismas. En otras ocasiones, la aglomeración de porteadores o la presencia de alborotadores en la denominada tierra de nadie han sido lo que han provocado el cierre de las verjas. Ayer, fue la alerta por una posible entrada de inmigrantes en masa lo que activó las medidas de prevención.
Desde la última entrada masiva, además, la ciudad se encuentra en estado de alerta constante y la Policía tiene dispositivos especiales organizados para poder responder a cualquier intento de entrada masiva. Melilla vive desde hace meses una presión migratoria extrema, que ha sufrido un repunte en lo que llevamos de 2014. El pasado martes se vivió la avalancha más numerosa de la historia, en la que 500 subsaharianos lograron entrar en territorio español.
Cientos de personas se vieron afectados por el cierre del paso
Tal y como sucede cada vez que se produce el cierre de un puesto fronterizo, cientos de personas, melillenses y marroquíes, se vieron afectados ayer por la interrupción del tránsito entre los dos países. El representante de los comerciantes de Beni Enzar, Abdelkader Abdeslam, aseguró en declaraciones a El Faro que la situación ya se ha vuelto “habitual”, con todos los perjuicios que esto conlleva para las tiendas de la zona. “La historia es siempre la misma. Estamos cansados”, insistió el empresario local. En el lado español se produjeron aglomeraciones de personas y vehículos que querían pasar al país vecino. Para evitar incidentes la entrada, cuando se ha reabierto la frontera, se ha hecho de manera escalonada. Entre los afectados había numerosos porteadores, además de melillenses que iban a Marruecos a pasar el fin de semana. En el puesto fronterizo un viajero aseguraba a la Policía que tenía que pasar porque tenía que tomar un avión en el aeropuerto de Nador. La normalidad regresó a la zona alrededor de las 12 de la mañana