Yusef Mohamed Mohand, un policía nacional de Melilla, fuera de servicio estaba el sábado en los jardines del Hospital Comarcal cuando escuchó gritar varios jóvenes: "¡No te tires!"
Miró hacia arriba y vio a un chico de piel negra, con uniforme de hospital, sacando medio cuerpo por una ventana del Comarcal.
"Estaba muy echado para alante. Me di cuenta del perfil de ese chaval y entré corriendo al hospital", dice mientras cuenta que subió a la segunda planta, de Psiquiatría, y alertó al personal de guardia.
Consiguió entrar hasta donde estaban una enfermera y un vigilante de seguridad lidiando con el joven. El vigilante hacía lo que podía por aguantar al chico y para evitar que se precipitara. En ese momento no estaba claro si pretendía escapar o autolesionarse.
El policía nacional se subió encima de la cama y tomó el relevo del vigilante de seguridad. Mostró al joven que tenía medio cuerpo por fuera de la ventana su placa del Cuerpo Nacional y a la vez le decía: "Soy policía, entra, entra".
Poco a poco el chico empezó a ceder y accedió a entrar a la sala del hospital.
Este lunes, el joven, un migrante subsahariano, ha vuelto a intentarlo. Sólo que esta vez consiguió salir de la sala de Psiquiatría, saltando desde la ventana hasta otra zona del hospital. Los Bomberos tuvieron que rescatarlo.
Fuentes del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) aseguraron este lunes a El Faro que se han tomado "medidas estructurales" para que no vuelva a suceder.
En estos momentos, en la planta de Psiquiatría del Comarcal hay 7 personas en las dependencias donde ha ocurrido el incidente y otras dos, separadas.
Yusef Mohamed Mohand no cree que lo que hizo estando fuera de servicio sea un acto de heroísmo, ni mucho menos. Él considera que con o sin uniforme, él tiene la obligación de hacer lo que hizo.
"Son circunstancias que suceden y necesitan la intervención urgente de cualquier persona", señala en declaraciones a El Faro.
No es la primera vez que Yusef interviene fuera de servicio. Hace un tiempo le partieron la nariz y tuvo que ser sometido a una cirugía tras observar un movimiento de drogas. Iba solo, pero intervino.
En otra ocasión, estando de servicio en la frontera, en los años duros de presión migratoria, entró un conductor kamikaze a toda velocidad y él intentó frenarlo. Se llevó un golpe enorme.
Su familia, asegura, está muy orgulloso de él. Como el sindicato al que pertenece, la Unión Federal de Policía que enseguida dio cuenta de la suerte que tuvo el inmigrante de que Yusef estuviera el sábado por las inmediaciones del Comarcal.
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