Después de seis años y medio de cierre unilateral por parte de Marruecos y una actitud “hostil” por su parte, según dijo el presidente Imbroda, este pasado miércoles, 15 de enero, se reabrió la aduana comercial de Melilla con la entrada de un camión en territorio marroquí con mercancía consistente en 600 kilogramos de electrodomésticos y aires acondicionados.
La operación se produjo de forma repentina y en medio de un gran secretismo. La delegada del Gobierno, Sabrina Moh, en persona, siguió los avatares de ese camión hasta que logró pasar y ser aceptado en Marruecos.
Se trataba del mismo exportador que no pudo entrar hacía una semana porque se le imponía el pago de dos tasas, algo que hacía inviable económicamente su negocio. El caso es que días antes, el propio ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, confirmó públicamente que el acuerdo establecido con Marruecos debía ponerse en vigor el 8 de enero.
Los marroquíes no cumplieron y se volvió a hablar de cuestiones técnicas y de que seguía trabajando en el tema. Para la delegada, esa reapertura es un paso en la normalización de las relaciones comerciales con Marruecos y aseguró que la aduana tiene los mismos requisitos que la de Algeciras, si bien lo cierto es que no solo se limita a uno el número de camiones que puede pasar a territorio marroquí cada 24 horas y tampoco se puede exportar cualquier producto más allá de los electrodomésticos, la electrónica y la higiene. Eso en Algeciras, al menos hasta la hora de elaboración de este resumen, no ha pasado nunca.
Pero Sabrina Moh considera que los melillenses “debemos sentirnos orgullosos” y en una lección a los periodistas dijo que la noticia era la reapertura, no los términos en que se produce ni nada parecido. De hecho, afirmó que limitar la mercancía a ciertos productos no es una imposición de Marruecos sino el fruto de un estudio para conocer qué es lo que más se demanda al otro lado da la frontera. Y ya habrá tiempo, manifestó, de seguir dando pasos adelante en futuras fases, en las que se irán incorporando las exportaciones que el mercado libremente establezca.
Al margen de la cuestión aduanera, esta semana hemos asistido a la colocación de la primera piedra de las obras de renovación de la Plaza de España, que costarán algo más de 2,5 millones de euros y que prometen dejar este espacio tan importante de la ciudad con una imagen totalmente renovada, con más zonas verdes y fácil accesibilidad.
Y otra primera piedra más se colocó el viernes en la Plaza del Veedor, en Melilla la Vieja, que será rehabilitada con un presupuesto de 145.000 euros y un plazo de ejecución de tres meses.
En el capítulo de las obras hay que resaltar también la presentación del proyecto para la remodelación del pabellón de deportes Lázaro Fernández, que será renovado en un 75% de su estado actual con un coste de casi dos millones de euros.
Problemas, por su parte, en el hospital comarcal, donde aumentan exponencialmente los ingresos por infecciones respiratorias, según alerta el Colegio Médico, que habla de “situación límite” y del caos que puede producirse si reputan los casos en estos próximos días, en los que el frío arrecia en nuestra ciudad.
Una noticia inesperada y que causó sorpresa fue la relacionada con la petición de la Fiscalía de abrir diligencias en el juzgado para esclarecer si el exdirector provincial de Educación, Juan Ángel Berbel, pudo cometer un delito de prevaricación con el servicio de comedor de dos centros públicos de la ciudad, cuyos directores también serán objeto de investigación. Se denuncia que esos trabajos se han llevado a cabo sin que medie contrato ni licitación pública; es decir, que se adjudicaron a dedo.
Buena noticia, además, para los trabajadores de los planes de empleo de la Ciudad Autónoma en los ejercicios de 2023 y 2024. Todos ellos cobrarán una nómina “importante” en los próximos días como consecuencia de la aplicación de la sentencia que establece la obligación de pagarles el mismo salario que a los empleados públicos por el desarrollo de la misma labor.
Por último, destacar la operación que ha llevado a cabo la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Melilla con la detención de cuatro personas, a las que se acusa de tener falsos contratos de arrendamiento para obtener ayudas sociales.
Por otra parte, la ciudad ha festejado la celebración del Yennayer, o año nuevo amazigh, con el desarrollo de distintas actividades durante todo el fin de semana, organizadas por la Consejería de Cultura, Patrimonio Cultural y el Mayor que dirige Fadela Mohatar. Entre todas estas actividades, una de las más vistosas fue el mercadillo montado en la Plaza de las Culturas, que permaneció abierto desde el pasado lunes exponiendo toda clase de productos y artesanía propia de los amazigen. Además, ha habido degustaciones y teatro, entre otras cuestiones.
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