Desde el 2016, la Fundación Odontología Social, liderada por Antonio Castaño, atiende la salud bucodental de los residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla y llevan un año haciéndolo de manera continuada. Castaño Explicó que consiguieron abrir la clínica dental solidaria en 2016, momento en que había unas 2.000 personas en el centro para inmigrantes consecuencia de la guerra de Siria. “Había una verdadera pandemia de problemas bucodentales en el CETI de Melilla”, apuntó.
Así pues, en una alianza entre el Colegio de Dentistas de Melilla y la Fundación Odontologías Social, que Castaño preside, y con el apoyo de Consejo General de Dentistas de España y la Obra Social ‘la Caixa’, atendieron dicho año a unas 6.000 personas que estaba en riesgo de exclusión social , ya que estas iban rotando trimestralmente al ser trasladadas a la península.
Relató que el funcionamiento de la clínica consiste el la simbiosis entre dos doctoras melillenses, Sonia Rubiano y Marta Hernández, junto con la rotación de los alumnos del máster de Ondotología Social. Añadió también que realizan talleres para los más pequeños, los cuales reciben bastante bien las pautas de higiene bucal.
Explicó que hay pueden haber ligeras dificultades lingüísticas, ya que una gran parte de los residentes del CETI hablan árabe, pero con ayuda del francés o incluso de traductores, se defienden bastante bien. Otro problema es la temporalidad de la estancia de los residentes del centro, ya que muchos están solo unos meses, por lo que no pueden seguir los tratamientos de algunos de los pacientes.
Ejercen los tratamientos habituales, como calmar el dolor e incluso si pueden, realizan actuaciones orientadas a lo estético, todo de manera altruista. Y esto les sube el autoestima a los pacientes.
Sin embargo, no pueden rehabilitar protésicamente, ya que disponen de fondos muy limitados. En este momento están trabajando con una pequeña ayuda del Consejo General de Dentista y de la Fundación. Además del material necesario para su labor, también tienen de gastos el viaje y la estancia en la ciudad. “La viabilidad de la clínica está en peligro” y espera que las instituciones tanto locales como nacionales puedan apoyarles económicamente. Castaño aseguró que esta se trata de la clínica dental solidaria para refugiados más importante del mundo.
Y es que el trabajo que realizan en el centro es esencial. Señaló que son cada vez más estudios los que relacionan numerosas enfermedades con el cuidado de la boca. Explicó que una persona con periodontitis que contraiga el covid-19 tiene más posibilidades de acabar en la UCI. “Estamos salvado vidas con una limpieza o con una extracción”, subrayó, pues atienden a una población hacinada en una situación difícil y con este cuidado reducen factores de riesgo para su salud. “Es básico”, insistió y cree que las autoridades deberían concienciarse sobre la importancia de este tipo de servicios en centros de estas características desde el punto de vista de la salud pública dental.
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