El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, afirmó en declaraciones a El Faro que sigue a la espera de obtener los resultados de las pruebas que determinarán si el joven que perdió el pie izquierdo hace unas semanas al caer de un camión es menor de edad o no. Según señaló, en el caso de que no haya cumplido todavía la mayoría, como el propio chico sostiene, la Ciudad Autónoma le procuraría una atención adecuada a sus circunstancias. “Estamos obligados a cumplir con las necesidades de todos los niños”, apuntó. El consejero explicó que, de ser menor, los técnicos de su área tendrán que analizar cuáles son sus circunstancias para decidir qué es lo mejor para el chico. Aseguró que no sería el primer menor al que la Ciudad Autónoma proporciona una prótesis. “Como tutores que somos tenemos que cubir las necesidades más básicas de los chicos. Ya tuvimos el caso de otro menor, también marroquí, al que se le amputó la pierna después de tener un tumor y le compramos una prótesis para que pudiera llevar una vida normal”, comentó Ventura. En esta línea, también expuso que hay menores que están en centros de la península porque en Melilla no se les podía procurar la atención que requerían por sus circunstancias personales y de salud. “Tenemos a un niño de unos tres o cuatro años en Málaga con un problemas de respiración asistida; allí cuenta con una profesional que está a su lado las 24 horas del día”, dijo el consejero. Según manifestó, igual que otros niños fueron derivados a centros de la península por sus problemas de conducta o trastornos mentales, se estudiaría si este chico, de ser menor, necesitaría también ser trasladado. No obstante, todavía tienen que salir los resultados de las pruebas oseométricas. “Lo que tarde en saberse si es menor o mayor no depende de la Consejería de Bienestar Social, sino de lo que tarde el proceso desde que se toman las pruebas en el hospital hasta que las ve el forense y la Fiscalía dicta una resolución”, dijo Ventura al respecto. En el caso de que fuera mayor de edad, la Ciudad Autónoma no se haría cargo de su recuperación. “No podemos atender a todo el que aparece en Melilla diciendo que es menor, si luego resulta que es mayor de edad”, sostuvo el consejero. En esta línea, incidió en que muchos jóvenes tratan de engañar sobre la edad para “aprovecharse” de la atención que reciben los menores bajo la tutela de Bienestar Social. “Aunque duerman hacinados, el centro es mejor que la calle” “Puede que el menor tuviera que dormir hacinado en una habitación del centro, pero desde luego es muchísimo mejor que dormir en la escollera o en un solar”, defendió el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura. A su parecer, los niños que optan por la calle lo hacen porque no quieren aceptar las normas de conducta o de convivencia que hay en el centro de acogida. “Si la atención en La Purísima fuese tan pésima, el centro estaría vacío; pero resulta que ahora tenemos exactamente a 433 menores”, puso de manifiesto el consejero. Reconoció que, debido al elevado número de niños que atienden, “no están en las mejores condiciones”, pero subrayó que, al menos, los menores duermen en colchones, tienen acceso a duchas y a las comidas, y tienen cubiertas las necesidades más básicas, al contrario que en la calle. “No podemos evitar que los menores arriesguen sus vidas” El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, está convencido de que muchos otros menores extranjeros continuarán jugándose la vida para llegar a la península colándose en barcos como polizones. Haciendo ‘riski’, como le dicen los propios niños. “Son decisiones personales que toman y la ley no nos permite retener a un menor, impedir que entre al puerto”, explicó Ventura. Según manifestó el consejero, los propios chicos, cuando resultan heridos en sus intentos, siguen dejando claro que continuarán intentando colarse en un buque. “Saben que ponen sus vidas en riesgo y les da igual, lo van a seguir haciendo hasta que lo consigan o hasta que mueran. Contra esta circunstancia, poco podemos hacer”, lamenta Ventura. Como recordó, los menores no son los únicos que intentan acceder de forma clandestina a los barcos, ya que, según señaló, el 80% de los que lo intentan diariamente son jóvenes extranjeros.