La pesadilla parece que va a llegar a su fin. Emvismesa, la empresa pública de la vivienda de Melilla, va a encargarse finalmente de acometer las obras de mejora de la cubierta de la urbanización de Minas del Rif para solucionar los problemas de filtraciones de agua que llevan sufriendo desde hace dos años.
Aunque aún no hay fecha prevista para el comienzo de las obras porque están a la espera de que uno de los bloques presente la documentación requerida, los vecinos confían en que se puedan comenzar en septiembre. Se ha acordado un plazo de ocho años para que estos puedan ir devolviendo el dinero que el organismo va a adelantar para sufragar el coste de la intervención.
Lo que tienen claro es que las obras deben estar listas antes del otoño. “No aguantamos otras lluvias más”, dice a El Faro con resignación José Antonio Muñoz, tesorero de la comunidad de vecinos de uno de los bloques (el de Ruperto Chapí), recordando los problemas que están soportando. “Cuando llueve mucho, el agua cae de los techos como si hubiera un grifo”, indica. Pero no solo en esos casos extremos: cuando “caen cuatro gotas”, también se enfrentan a la aparición de nuevas goteras y humedades en sus viviendas.
Muñoz explica que el coste de arreglar el bloque número cinco, uno de los más afectados, asciende a más de 240.000 euros. Se ha acordado un plazo de ocho años para que los vecinos puedan ir devolviendo en pequeñas cuotas mensuales el dinero adelantado por Emvismesa para las obras. La idea es que comiencen a pagar a partir de mayo del próximo año, puesto que los propietarios terminarán de abonar sus viviendas en abril y, de no hacerlo así, tendrían que hacer frente a la hipoteca y la derrama de la intervención, puntualiza.
La cantidad que deberá abonar cada vecino dependerá del número de metros cuadrados de la cubierta de cada bloque, pero será a partir de unos 30 euros mensuales.
El consejero de Fomento, Javier González, anunció en febrero que la empresa pública de la vivienda había reservado una partida de más de 530.000 euros para ejecutar las obras de mejora de la cubierta de Minas del Rif.
En un principio, el proyecto inicial contemplaba la instalación de tela asfáltica en la cubierta de la urbanización para evitar las filtraciones en estos edificios.
Sin embargo, algunos de los vecinos de Minas del Rif habían propuesto que para arreglar la cubierta, en vez de tela asfáltica, se colocara losa, un material más caro pero de mayor calidad. Emvismesa, elaboró entonces un segundo proyecto que fue planteado a los vecinos.
Con los dos proyectos en la mano, los vecinos se decantaron por el segundo proyecto, el de la losa. “Salía más caro pero este material tiene más vida que la tela asfáltica”, detalla José Antonio Muñoz.
Los vecinos esperan que ahora que ya se han decidido el proyecto que se va a desarrollar y la forma en que se devolverá el dinero a Emvismesa, el comienzo del arreglo de la cubierta no se demore mucho más y pueda estar listo para el otoño.
Creen que el bloque que todavía no ha presentado la documentación no quiere que se lleven a cabo las obras. No obstante, la sociedad pública necesita también la justificación por escrito de esa negativa. “No pueden tenernos a los demás esperando”, señala este vecino.
Hay que recordar que algunos de los bloques de Minas del Rif, un edificio de viviendas protegidas que tiene 24 años y del que los vecinos se quejan de la mala calidad de los materiales empleados en su construcción, ya arreglaron su parte de la cubierta por su cuenta. El resto, esperan tener nuevas noticias de Emvismesa esta semana.
1. Urbanización de viviendas protegidas
Minas del Rif es una urbanización de viviendas protegidas que está situada en el barrio del Hipódromo y que cuenta con cinco bloques, en los que viven más de 300 familias desde hace 24 años. Se quejan de que se utilizaron malos materiales en su edificación y también denuncian defectos en la construcción. Ponen como ejemplo que, en la cubierta, no se proyectaron bien los conductos para dar salida a las aguas de lluvia.
2. Primeros problemas en 2016
Salvo algunas leves humedades, los vecinos no habían tenido problemas hasta después del terremoto que sufrió la ciudad en enero de 2016. Pero en la primavera de ese mismo año, cuando llegó un periodo de lluvias, la situación comenzó a complicarse y el agua empezó a filtrarse en sus casas. Ellos creen que el temblor afectó a la estructura del edificio pero como no fueron conscientes de la situación hasta meses después, ya no estuvieron a tiempo de solicitar las ayudas del Ministerio de Fomento o de la Ciudad para los afectados por el movimiento sísmico.
3. Reguero de agua en sus casas
Cada vez que ha llovido desde entonces, el agua se ha ido metiendo en las casas como “si se hubiera abierto un grifo” en los techos. Humedades, goteras y algunos desprendimientos son una constante en Minas del Rif desde hace dos años. Los bomberos han tenido que actuar cuando se han producido lluvias copiosas para achicar agua. José Antonio Muñoz, vecino de uno de los bloques más afectados, relata la “tortura y el infierno” que han sufrido. En su vivienda, han tenido que recurrir a un sofisticado invento casero para evitar que las goteras caigan por toda la casa, colocando plásticos por todos los techos.
4. Falta de pago de la comunidad
Hay muchos propietarios que no están al corriente de pago de la cuota de la comunidad por lo que los vecinos no han podido hacer frente a la reparación de la cubierta por su cuenta. No obstante, sí ha habido algunos vecinos que han arreglado su parte del tejado.
5. Demanda de ayuda a la Ciudad
Ante esta situación, los vecinos decidieron buscar apoyo institucional recurriendo al Gobierno local. El problema era que, al haber muchos propietarios que no estaban al corriente de sus pagos de la cuota de comunidad, la Ciudad no podía concederles ayudas para que llevaran a cabo la reparación del tejado de la urbanización. Además, tampoco estaban de acuerdo entre ellos mismos sobre este arreglo.
6. Fomento obliga a reparar el techo
La Consejería de Fomento dio la orden a principios de 2017 a las comunidades de vecinos de Minas del Rif para que reparasen las cubiertas de los bloques. En caso de que no lo llevaran a cabo, sería la Ciudad quien se ocuparía de acometer las obras. No obstante, después se pasaría la factura a los propietarios para que abonaran el dinero adelantado por el Gobierno local.
7. Los trámites son largos
Los tiempos burocráticos son largos y los trámites se han ido alargando en el tiempo desde que la Ciudad inició la llamada “acción sustitutoria”: aviso a los vecinos de que debían acometer la obra para poder, en caso de que no lo hicieran, hacerse cargo de esta intervención.
8. Emvismesa arreglará la cubierta
En febrero de este año, la Consejería de Fomento informó de que Emvismesa, la empresa pública de la vivienda, acometería la obra, habiendo reservado una partida de más de 531.000 euros.
9. Dos proyectos para la reparación
El proyecto inicial contemplaba la colocación de tela asfáltica en la cubierta. Sin embargo, varios de los propietarios plantearon que se colocara losa, un material de mejor calidad. Se han decantado por el segundo proyecto.
10. Ocho años para devolver el dinero
Los vecinos tendrán ocho años para devolver el dinero a Emvismesa en cuotas mensuales. Empezarán a pagar a partir del próximo mayo. Falta la documentación de uno de los bloques para empezar la obra. Confían en que se pueda iniciar en septiembre.
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