Los usuarios del Puerto de Noray están cansados de los robos en sus embarcaciones que, además de ser algo habitual, estas últimas semanas se han intensificado.
Imad es uno de los afectados. Hace unos días tan solo que le rompieron la ventana de su embarcación y le robaron el equipo de pesca de un gran valor.
Junto a un grupo de afectados, explica a El Faro, que durante la última semana han robado dentro de unas diez embarcaciones y cree que esto podría estar relacionado con la difícil situación en la que se encuentran numerosas personas debido a la pandemia del coronavirus.
Los robos han sido denunciados y están en manos de la Guardia Civil, pero más allá de que se encuentren a los autores, lo que reclaman los propietarios de las embarcaciones es más seguridad en el puerto. Subrayan que están pagando una cuota cada mes por guardar ahí sus barco a la Autoridad Portuaria y que esta no se hace responsable de lo que ocurre en el puerto.
Suliman es uno de los usuarios, y aunque a él todavía no le han robado porque su barco está más al fondo del pantalán, asegura que se tienen “inseguros”. Explica que dentro de las embarcaciones tienen materiales “que cuestan mucho dinero”, como equipos de pesca o buceo. “Nos gustaría estar tranquilos en casa sabiendo que nuestros barcos están bien”, dijo.
Asegura que después de haber tenido lugar varios robos consecutivos, “no se ha tomado ninguna medida” y que no les dan una solución a este problema.
En contraposición, se quejan de que si pasa un mes sin que hayan pagado la tasa por tener allí el barco, se los encadenan al pantalán hasta que paguen. Sin embargo, apuntan a que los sistemas de seguridad son deficientes. Señala por ejemplo la cámara de vigilancia situada encima de la puerta de cada pantalán y que apunta a las embarcaciones, la cual, durante los últimos robos, fue girada hacia uno de los lados. Según cuentan, no fue hasta el día siguiente del suceso que los responsables del puerto se dieron cuenta y la volvieron a colocar apuntando a los barcos.
Y aunque ya ha sido arreglada, contaron que la puerta del pantalán dos se abría solo con forzarla un poco, cuando normalmente se necesita una tarjeta magnética para ello. “Estamos indignados, pues estamos pagando por un servicio y queremos que nos lo presten”, subrayó.
Por su lado, el barco de Ali fue uno de los golpeados cuando un ladrón se llevó uno de los barcos de forma estrepitosa golpeando a otros. El vídeo se hizo viral y fue cómico para muchos, pero aún nadie se hace cargo de los 1.600 euros que le cuesta arreglar el motor que le rompieron.
Además de los robos, Suliman quiso incidir en que antes de que llegase la pandemia del coronavirus, cuando había fiesta nocturna en los locales del puerto, había personas que entraban las embarcaciones y Suliman se ha encontrado en varias ocasiones cristales rotos e incluso algunos que hacían sus necesidades en el interior. “Me encontré el típico regalito”, dijo.
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