Unos 30 inmigrantes logran entrar en Melilla tras forcejear con la Policía

Al menos 10 subsaharianos fueron devueltos ayer a Marruecos por Barrio Chino.

Una treintena de inmigrantes de origen subsahariano consiguió ayer entrar en Melilla tras saltar la valla por una zona cercana a Barrio Chino, encaramarse a la cubierta del paso fronterizo y finalmente salir huyendo, después de forcejear con la Policía.
Fuentes policiales han asegurado a El Faro que el asalto estuvo protagonizado por unos 60 inmigrantes aunque la Agencia EFE habla de un centenar.
Cerca de la mitad de los asaltantes logró superar el vallado “endeble” que hay en las cercanías de Barrio Chino y en torno a las siete y media de la tarde, se encaramó a la cubierta del puesto fronterizo, donde permaneció más de una hora sin querer bajar hasta que uno de ellos dio síntomas de estar herido. Fue entonces cuando agentes de la Guardia Civil desplazaron a la zona un vehículo especial con una escalera incorporada.
Además de este subsahariano herido, cerca de una decena de inmigrantes, alentados por los agentes que también se habían subido a la cubierta, decidieron descender por las escaleras instaladas e inmediatamente fueron conducidos hacia el interior del puesto fronterizo, en dirección a Marruecos.
Al advertir esta circunstancia, algunos de los subsaharianos, que todavía se encontraban en la cubierta del paso fronterizo de Barrio Chino, decidieron bajar por la zona del vallado, donde, inicialmente, fueron controlados por miembros de la UIP (antidisturbios) de la Policía  y de los GRS de la Guardia Civil.

Superan el cordón policial
Sin embargo, cuando eran conducidos por los agentes hacia el interior del puesto fronterizo, se inició un forcejeo y, finalmente, en torno a unos 20 inmigrantes consiguieron superar el cordón policial.
Varios de los inmigrantes resultaron heridos tras el enfrentamiento con los agentes de la autoridad y algunos sufrieron, incluso, convulsiones.
Durante el forcejeo entre los inmigrantes y los policías se vivieron escenas de tensión, que fueron presenciadas por numerosos periodistas y curiosos, que se acercaron a la zona del vallado donde se encontraban los inmigrantes.
Vitoreados por los ciudadanos que allí se encontraban, quienes también silbaron la labor policial, los subsaharianos salieron corriendo en dirección al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), adonde ya habían llegado al menos otros diez subsaharianos que habían conseguido superar el vallado a la primera.
Algunos de los inmigrantes quedaron tendidos en el suelo, aparentemente heridos y fueron trasladados por los agentes en volandas hasta una ambulancia de la Cruz Roja desplazada al lugar.

En el CETI, sobreaviso
Fuentes policiales aseguraron ayer a El Faro que cuando los inmigrantes subsaharianos saltaron la valla, del lado español de la frontera les esperaban residentes del CETI que estaban sobreaviso.
Ésta es, según estas fuentes, una prueba de que las mafias existen y de que los subsaharianos que saltan la valla llegan a la ciudad perfectamente coordinados. “Para que luego digan que no hay mafias. Ellos sabían que hoy iba a haber un salto”, apuntaron a El Faro.
La de ayer es la primera entrada de inmigrantes que se produce este mes en Melilla. El anterior intento tuvo lugar el pasado día 3 cuando 25 inmigrantes se encaramaron a la valla. Todos fueron devueltos a Marruecos.

Interior niega las ‘devoluciones en caliente’

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, señaló ayer en el Senado que la denominada “devolución en caliente” es un concepto “tremendamente erróneo” y se refirió a ella como un “rechazo en la frontera”.
Martínez respondió así a una pregunta del senador socialista Enrique Cascallana sobre “el incumplimiento de la ley en relación con la expulsión de inmigrantes llegados a España” a través de Melilla y Ceuta.
“No hay devolución en caliente sino rechazo en frontera”, explicó el número dos de Interior. Además, Martínez abogó por buscar fórmulas que proporcionen un marco legal para dar una mayor seguridad jurídica a la Guardia Civil, algo que lleva meses pidiendo la AUGC.