“Escuché gritos y olía mucho a quemado. Los niños gritaban ¡fuego! y me fui a por mi marido que está encamado con oxígeno para sacarlo de la vivienda”, explicó a El Faro la vecina de uno de los bajos del edificio de la calle Antonio Falcón en el que tuvo lugar ayer un incendio de una vivienda ubicada en la primera planta.
Para esta mujer de mediana edad su gran preocupación fue conseguir sacar a su esposo de la vivienda, ya que está impedido y necesitaba ayuda. “Avisé a los vecinos y gracias a que uno de ellos estaba por los pasillos me vio y me ayudó a sacarlo. Lo hicimos entre los dos”, relató. Afortunadamente, este hombre no sufrió daño alguno, esperó fuera en la ambulancia y tras el permiso de los Bomberos pudo volver de nuevo a su vivienda con la familia.
“Fue un auténtico pánico cuando oí a los niños gritando ¡fuego! y oler tanto a quemado”, insistió preocupada. Ella y el resto de vecinos del edificio y de la calle Antonio Falcón volvieron a sus hogares alrededor de las 18:40 horas, después de una espera llena de incertidumbre y angustiados hasta saber qué ocurrió exactamente y la gravedad del siniestro. Al final, no hubo que lamentar daño personal alguno, sólo materiales en el dormitorio donde se originó el fuego. Todo quedó en un susto.
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