Si se remonta a la historia, la Semana Santa de Melilla tuvo origen en el año 1498 cuando la imagen del Cristo de la Vera Cruz, actualmente de la Cofradía del Nazareno, paseó por las murallas de la ciudad autónoma tras la conquista de Pedro de Estopiñán, obteniendo este misterio el título más antiguo de Melilla.
La Semana Santa de Melilla es una celebración religiosa que mezcla la tradición andaluza con una identidad propia, reflejando su ubicación singular en el continente africano. Aunque es común compararla con las de Málaga o Sevilla, Carlos Rubiales, Hermano Mayor de la Cofradía Castrense de Nuestro Padre Jesús Humillado y María Santísima de la Piedad, ha destacado que la Semana Santa melillense tiene su propia "idiosincrasia" enriquecida por influencias externas pero con un carácter único.
La Semana Santa melillense, tal y como se conoce hoy en día, proviene de finales de los años 40 y mantuvo sus tradiciones y rituales hasta la década de los 70 cuando se produjo una pausa de aproximadamente diez años.
Las procesiones se suspendieron debido a la falta de personal para portar los tronos. Según Rubiales, el obispo de Málaga tomó la decisión de cancelar las procesiones, ya que no consideraba adecuado que los militares asumieran esta labor por obligación.
Sin embargo, la tradición fue retomada en la década de 1980, cuando las cofradías volvieron a reorganizarse con el apoyo de la comunidad. Este renacimiento ha permitido que la Semana Santa de Melilla recupere su esplendor, atrayendo cada vez a más participantes y visitantes.
Las primeras normas para la celebración de la “Pascua Cristiana” se consagraron en el Primer Concilio de Nicea en el año 325, enmarcandose entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección.
Una de esas normas fue la imposición de las fechas en las que se celebraría la Semana Santa, que cambia cada año. No obstante, siempre se lleva a cabo entre los meses de marzo y abril. Esto varía dependiendo de la luna, ya que se festeja el domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera.
Conmemora las distintas etapas de la Pasión de Jesucristo, desde su entrada en Jerusalén hasta su viacrucis, muerte y resurrección. En España en Semana Santa se da el mayor momento de intensidad litúrgica y ritual del cristianismo.
A 2025, son cinco las cofradías en Melilla que continúan promoviendo esta tradición cristiana que se remonta al siglo II de la era cristiana. Real Cofradía y Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, Venerable Cofradía y Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor, Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío, Venerable y Muy Piadosa Cofradía de la Soledad de Nuestra Señora y del Cristo de la Paz y Cofradía Castrense de Nuestro Padre Jesús Humillado y María Santísima de la Piedad.
La Semana Santa melillense combina estilos diversos en su manera de procesionar. Según Rubiales, esta celebración "bebe de distintas fuentes, como la malagueña en la manera de llevar los tronos y la sevillana en los pasos". En Melilla, cada cofradía adopta un estilo propio, algunos tronos se cargan al hombro, mientras que otros, como los de la Cofradía del Nazareno, adoptan el estilo sevillano con pasos que se portan con trabajaderas y costaleros.
Esta variedad refleja la riqueza cultural y la capacidad de adaptación de la Semana Santa melillense, que ha sabido integrar influencias externas sin perder su esencia. Además, la ciudad cuenta con un marco arquitectónico único que contribuye a hacer de estas procesiones un espectáculo especial. Las estrechas calles y plazas de Melilla la Vieja, junto con su clima templado, crean un ambiente propicio para disfrutar de la Semana Santa en un entorno acogedor.
Entre todas ellas, la procesión de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima del Rocío destaca por la gran cantidad de personas que la acompañan, convirtiéndola en una de las más populares de la ciudad.
Ya sea por la belleza de sus pasos, la devoción de sus cofrades o la calidez de su gente, la Semana Santa de Melilla invita a todos a descubrir una celebración que, más allá de sus raíces religiosas, es un reflejo del alma de la ciudad.
Una de las tradiciones más emblemáticas de la Semana Santa de Melilla es la liberación de un preso el Jueves Santo. Esta costumbre nació en 1999, cuando Carlos Rubiales en un programa de televisión local llamado "Cruz de guía" envió un saludo a los presos del centro penitenciario justo cuando la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo salía en procesión.
El gesto generó tal impacto que los internos del centro penitenciario confeccionaron nazarenos como muestra de agradecimiento. Así nació la plataforma Proliberación del Preso, que logró involucrar a las autoridades locales y religiosas para llevar a cabo esta tradición. Desde 2001, cada Jueves Santo, un preso en tercer grado es liberado y acompañado por la Cofradía del Cautivo durante un año, ofreciéndole apoyo laboral y familiar como parte de una acción caritativa.
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