A YER finalizó la segunda Semana Santa que Melilla vive en pandemia. La crisis sanitaria que vivimos desde marzo del año pasado ha impedido que se celebren las tradicionales procesiones y los actos sociales propios de estas fechas, una infortunio para aquellos que durante todo el año trabajan en las cofradías de la ciudad para este momento. Por desgracia, en esta ocasión tampoco no ha sido posible ver los pasos recorriendo las calles de Melilla y la celebración ha tenido que ser más recogida.
Ha sido otra forma de celebrar la fiesta. Como han comentado los hermanos mayores de las cofradías, que durante estos días han hablado con El Faro, esta Semana Santa se ha vivido como algo más intimo, marcada por la reflexión a la que nos ha llevado una pandemia durante la que hemos aprendido a valorar las cosas desde otro prisma y a reordenar nuestras prioridades.
Esperemos que el año que viene habremos vencido al dichos virus y podemos disfrutar de la Semana Santa como es tradición en Melilla, compartiendo.
Si todo ponemos nuestro granito de arena, podremos volver a recuperar nuestra vida y nuestros hábitos, pero para ello es preciso que todos colaboremos y respetemos las normas sanitarias. Es la única manera de que en 2022 Melilla recupere su Semana Santa.
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