Los sindicatos de educación, siguiendo con su ronda de movilizaciones en los centros educativos de la ciudad, denunciaron ayer el ruinoso estado en el que se encuentra el edificio que alberga el Centro de Educación para Personas Adultas Carmen Conde Abellán.
Según señalaron los representantes de los docentes, la estructura no se encuentra en condiciones para albergar las clases, razón por la que los alumnos se encuentran desperdigados por tres centros de Melilla.
Según las declaraciones de los sindicatos, en el CEPA hay aulas que no tienen techo e incluso cuando llueve se desprenden trozos de la cubierta.
Resulta una imagen dantesca imaginar a alumnos y profesores intentando llevar las clases con normalidad en un entorno que raya lo tercermundista y que además puede poner en riesgo la propia integridad física de los valientes que se atreven a asistir al centro.
Por desgracia, la situación del Carmen Conde Abellán es una síntoma del estado en el que se encuentra la Educación en nuestra ciudad, abandonada y sin que desde las administraciones nadie se sonroje al conocer estos hechos.
Al menos, si no se va a tener la decencia de reparar el edificio, se deberían acelerar los trámites para poder abrir de una vez por todas las instalaciones del Mercado Central y poner a disposición de los alumnos un lugar digno en el que estudiar.