Las altas ratios en Melilla dificultan la vuelta a clases en septiembre. Los centros educativos se deben adaptar a las normas del Ministerio de Sanidad y de Educación para garantizar la seguridad de los alumnos y docentes en una época de coronavirus. Sin embargo, el gran número de estudiantes por aula y la falta de espacios para educación, hacen “imposible” el cumplimiento de las normas.
Sate-STEs, CCOO, UGT y CSIF Educación coinciden en que las altísimas ratios imposibilitan cumplir con las recomendaciones de Madrid de que haya un máximo de 20 alumnos por aula y se cumpla con la distancia social.
Garantizar la salud de los alumnos y profesores es la premisa básica que mantienen los sindicatos en la vuelta al colegio, el 9 de septiembre. José Luis López Belmonte, miembro del secretariado de Sate-STEs y miembro de la comisión permanente del Consejo Escolar del Estado, además insiste en que no se perjudique al sector más vulnerable del alumnado. “No aceptamos, ni permitimos, ni vamos a consentir en ningún momento que se vuelva a castigar al sector más vulnerable de nuestro alumnado”, dijo, recordando que en los últimos meses del curso pasado, momento en que el país se encontraba en estado de alarma y la población estaba confinada en sus casas, parte del alumnado sufrió las consecuencias de la brecha digital y social.
De la misma forma, López señaló que “no nos parece razonable” la reducción de la jornada escolar a 15 horas a la semana de manera presencial, porque consideran que es “castigar” al alumnado, ya que su casa no reúne las condiciones necesarias ni está con las personas que complemente la información recibida en clases.
“Para nosotros la única solución razonable es reducir el número de alumnos por clases”, dijo López, quien precisó que en Melilla la media de estudiantes por aula es de 29 en Primaria. Para el sindicato, la opción más razonable para el próximo curso, es utilizar los espacios que se tienen como el nuevo Jardín Valenciano y el espacio que deja el Virgen de la Victoria para acoger el desdoble de “tres líneas de 29 niños, puede salir una cuarta. Ese incremento de profesores que podría llevar este tipo de situación, se podría acoplar en los espacios que se disponen (…) y el resto de las aulas, buscar espacios alternativos y, en el peor de los casos, es preferible que se desdoble los 5° y 6° de Primaria”.
Esta última alternativa, requeriría el compromiso de la Ciudad Autónoma para que le coloque actividades no lectivas pero sí informativas durante las mañanas para las personas que tengan el turno de tarde. “Eso es lo único que se puede hacer si no queremos volver a perjudicar” a los alumnos.
Con el desdoble, Melilla requeriría, según López Belmonte entre 250 y 300 profesores. Recordó además que para la ciudad alcanzar la media estatal, “nos deben 210 profesores”.
Basándose en los resultados del Informe Pisa, de las pruebas de diagnóstico, indica que el alumnado “no consigue llegar a la media en los distintos parámetros que se evalúan en estas pruebas”.
Con el decreto del estado de alarma y el confinamiento se puso en marcha el sistema telemático para las clases. De acuerdo con López, en un principio “se tuvo que improvisar” y el profesorado buscó distintas estrategias utilizando sus propios recursos para atender a su alumnado. Indica que a nivel oficial, está cuantificado que un 35% del alumnado no contaba con los espacios o los instrumentos informáticos adecuados para seguir la docencia, pero hay centros que “el Ministerio cataloga de difícil desempeño que se puede llegar incluso al 85% de ese alumnado que no disponía de los recursos tecnológicos adecuados para seguir las clases”.
Desde Sate-Stes abogan por una actividad presencial en septiembre, garantizando la salud y la seguridad, sobre todo la Educación Infantil, Primaria y 1° y 2° de la ESO. “En bachillerato, puede haber un sistema, siempre y cuando se dote de elementos adecuados para trabajar en casa, mixto, entre presencial y online. Pero la formación básica tiene que ser presencial si no queremos perjudicar a los ya de por sí menos favorecidos”. El sindicato descarta y rechaza la reducción de jornada, pues creen que no se le debe primar el derecho de la formación a los jóvenes.
El vicepresidente de CSIF Educación, Sergio Ramírez, reiteró que debido a las altas ratios en Melilla será “imposible” cumplir con la normativa del Ministerio debido al coronavirus. Aseguró que es una situación preocupante que llevan años denunciando y que no ha mejorado con el paso del tiempo.
Agregó que la COVID-19 “agrava” más la situación en la ciudad porque no hay espacios ni profesores suficientes para seguir las recomendaciones de Sanidad para el próximo curso, con una actividad presencial.
Por ello, y dentro de los escenarios que plantea Educación para el próximo año escolar se inclinan por la opción de semipresencialidad con turnos rotativos. Una semana un grupo asiste a clases los lunes, miércoles y viernes; el segundo grupo los martes y jueves; y la siguiente se rotan los días. Consideran que es “la más conveniente”, aunque Ramírez aclara que “no hay solución buena, sino es tomar la menos mala”.
Afirmó que es “imposible” cumplir con las normas del Ministerio para que las clases sean completamente presenciales. “Es una ecuación imposible de cumplir”, reiteró y dijo que parte del problema se debe a la “irresponsabilidad en Educación que no ha hecho su trabajo” durante estos años para reducir las ratios y construir nuevos centros educativos.
De acuerdo con Ramírez, en Melilla hacen falta tres centros de educación Infantil y Primaria y dos de Secundaria.
Ricardo Jimeno, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO de Melilla, afirmó que hay un escenario “realmente complicado” para el próximo curso escolar debido a la pandemia y a los rebrotes de la enfermedad. Desde el sindicato, reiteran, debe primar la salud y seguridad de los docentes y alumnos. De acuerdo con Jimeno, en Melilla es “imposible” cumplir con las recomendaciones de que hayan entre 15 o 20 alumnos por aulas, guardando las distancias de seguridad y usando mascarillas, en los casos en que no se pueda cumplir la separación social.
Las altas ratios, la falta de espacios y la necesidad de más docentes dificultan que la educación en Melilla pueda ser presencial en el próximo curso siguiendo las recomendaciones dictadas desde el Ministerio.
Jimeno explicó que para poder cumplir con las normas de Madrid necesitarían “al menos 600 o 700 profesores más y el doble de aulas para poder poner a cada grupo de 15 o 20 alumnos con su profesor y aula correspondiente”. El representante de CCOO afirmó que “lo de los profesores es una utopía”, y recordó que llevan años demandando que se dote a la ciudad del número de profesores suficientes.
“Y construir el doble de aula es otra utopía aún mayor”, dijo. En cuanto a los escenarios que planteó la Dirección Provincial para la vuelta a clases en septiembre, “no siendo una solución buena, la menos mala, entendemos que ma menos mala” es la de semipresencialidad o de presencialidad en días alternos.
Destacó el mejor escenario sería el volver todos a las aulas, ya existiendo una vacuna o cura para la COVID-19; el malo sería las clases a distancia y el regular el semipresencial.
Jimeno indicó que dar clases presenciales en secundaria en días alternos, les parece la “menos mala de las soluciones” con la realidad melillense. En cuanto a Infantil y Primaria, también abogan por la semipresencialidad pero organizado de otra manera. Un primer grupo tendría clases de 8:30 a 11:30 de la mañana, mientras que el segundo estaría en el aula desde las 12:00 horas a 3:00 de la tarde, aproximadamente. Esto con el objetivo de que en las clases no haya nunca más de 15 o 20 alumnos.
Indicó que los temarios y la programación deberán reducirse porque los profesores estarán a su horario completo, mientras que los alumnos en horarios divididos por grupos.
Las deficiencias que arrastra desde hace unos años el sistema educativo en Melilla, hace que la vuelta al cole en septiembre sea aún más crítica, aseguró el secretario de Educación de UGT, Mohamed Al-Lal, quien señaló que una de las dificultades es garantizar las medidas de seguridad y sanidad debido al coronavirus.
La falta de espacio físico en los centros educativos, junto a las altas ratios “hacen que garantizar esas medidas de seguridad sean prácticamente una quimera”. De la misma forma indicó, que la gestión desde que se decretó el estado de alarma por parte de las autoridades educativas, “ha dejado mucho que desear”. Dijo que después de dos meses, en mayo, se realizó la primera reunión del comité de Seguridad Laboral, sin dejar de mencionar que por medio de correos electrónicos han recibido información de los escenarios que se plantean para el próximo curso.
Indicó que será la Administración quien tome las decisiones sobre cómo será el próximo curso pero indicó que con la entrega de documentos se abrió un periodo de alegaciones. Educación plantea tres escenarios generales de presencialidad, semipresencialidad y de clases a distancia para el próximo curso. Dentro de la semipresencialidad recogen otros tres modelos; con días rotativos y desdoble de grupos. Al-Lal cree necesario reforzar la plantilla entre 20 y 30% de profesores, mayormente en los primeros niveles, porque con profesorado de apoyo sería posible garantizar que las horas presenciales del alumnado fueran “realmente de calidad”.
Aunque aún hay un modelo definido para aplicar en Melilla, se cree, dijo Al Lal, que la Administración se inclinará por un regreso a clases alternado en Infantil y Primaria, lo que aseguró significará un grave perjuicio para la conciliación familiar. En las etapas superiores, el planteamiento se baraja es la semipresencialidad con días alternos.
Los sindicatos están claros que el regreso a clases en septiembre, no será igual a los años anteriores.
Desde los sindicatos no solo reconocen en trabajo docente realizado en el curso anterior. Con proximidad del regreso a clases en una época de coronavirus, abogan por la seguridad y la salud de los docentes.
El vicepresidente de CSIF Educación, Sergio Ramírez, informó de que solicitan mascarillas y test masivos para los docentes. Afirma que en el regreso a clases se debe garantizar la seguridad tanto de los alumnos como de todo el personal docente y directivo.
Dentro de los sindicatos CSIF Educación, UGT, SATE-STEs y Comisiones Obreras, en el próximo curso escolar debe primar la salud y seguridad de todos los actores que intervienen en el proceso educativo.
Mohamed Al Lal,secretario de Educación de UGT, Mohamed Al-Lal, pidió a Educación que se dote al profesorado de Equipos de Protección Individual (EPI), tema que asegura no se ha mencionado. Afirmó que todas las medidas que plantea Educación para una actividad física presencial, debe ir de la mano con una serie de elementos que hay que tomar en cuenta.
En este sentido, recordó que dentro del profesorado hay personas que pertenecen a los grupos de riesgo, ya sea por edad o por alguna patología previa, por eso piden a Educación que se haga una evaluación para adaptar los espacios con las mejores condiciones, minimizando los riesgos. Esta evaluación previa también debería hacerse al alumnado que forme parte del grupo de riesgo.
De la misma forma, los representantes de los sindicatos resaltaron el trabajo docente en estos últimos meses, quienes se han reinventado, han utilizado, algunos, recursos propios para la enseñanza, han creado estrategias con los alumnos y se han adaptado a la tecnología para acompañar l alumnado en el proceso educativo y culminar el curso 2019-2020.
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